Texto de los volantes que fueron arrojados desde los aviones por las fuerzas subversivas

28 de septiembre de 1951 - Alzamiento del general Benjamín Menéndez 

 

¡ARGENTINOS!

Una vez más -¡ojalá sea la última!- las fuerzas armadas deben hacer momentáneo abandono de sus tareas específicas, en salvaguardia de los más sagrados intereses de la Nación conculcados por un gobierno que, a través de una prédica demagógica y de permanente engaño, no ha trepidado en llevar a la Nación a una quiebra total de su crédito, interno y externo, tanto en lo moral y espiritual como en lo material. Historiar los actos de gobierno que han conducido a esta situación resultaría pueril, ya que son de público conocimiento y están en la conciencia de todo hombre de bien, sea cual fuere la esfera social en que actúa. Los que tenemos el privilegio de vestir el uniforme de la Patria y ser por ello, en primer término, fieles custodios de sus más puras glorias y tradiciones, como también del honor y del prestigio de sus instituciones armadas, no podíamos permanecer impasibles a este proceso de descomposición general, que amenaza llevar a la República al derrumbe total de aquellos valores substanciales que concitaron siempre la consideración y el respeto de todos los pueblos civilizados.

Por lo expuesto, he resuelto asumir hoy ante el pueblo de mi Patria la extraordinaria responsabilidad de encabezar un movimiento cívico-militar, que por sintetizar un sentimiento casi unánime deberá conducirnos, indefectiblemente a dar término a una situación que no puede ya ser sostenida ni defendida. Cuento para ello con el apoyo de las fuerzas de tierra, mar y aire, y el respaldo de la ciudadanía representada por figuras prominentes de los partidos comprometidos a una tregua política que asegure la más amplia obra de conciliación nacional y el retorno a una vida digna, libre y de verdadera democracia.

¡ARGENTINOS! ¡VIVA LA PATRIA!

GENERAL MENÉNDEZ

Buenos Aires, 28 de septiembre de 1951.

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