(5) Desánimo y caída

El gobierno peronista asistía a tal situación sin poder recuperar la iniciativa política. El 16 de junio se produjo una cruenta intentona golpista que arrojaría centenares de víctimas, tras un criminal bombardeo aéreo a Plaza de Mayo. La sublevación fue aplastada, pero puso de manifiesto la saña con que actuaban los opositores. Perón evitó ser drásticamente severo con los rebeldes, pero la quema de las iglesias no contribuyó a atemperar las pasiones. El humo de los templos ardiendo pareció tapar los centenares cadáveres de las víctimas inocentes del bombardeo.

Duración: 2 minutos
 
 
El bombardeo a Plaza de Mayo. La hora de los hornos. Grupo de cine liberación
 
Figura 19:
 
"El peronismo se ha llenado de mártires y entre ellos no hay un sólo hombre que, como nuestros enemigos pueda ser tildado de asesino con fundamento, como podemos llamarlos a ellos con razón." (JDP)

Aun intentaría Perón una conciliación y un cambio en la dirigencia partidaria, que permitiera afrontar eficazmente la situación. Fue inútil: la conspiración ya estaba en marcha y el 31 de agosto, un discurso excepcionalmente duro de Perón ponía en evidencia que el acuerdo ya no era posible.

Figura 20:
 
Efectos demoledores del bombardeo rebelde sobre la localidad de Ensenada como demostración de su resolución de destruir la destilería de YPF.

 

El 16 de septiembre estalló el golpe oligárquico. El general Lonardi se hizo fuerte en Córdoba, se produjeron alzamientos en varios puntos del país y se sublevó la Marina.

Figura 21:
 
Tropas leales y civiles intentan una inútil resistencia en la localidad de Ensenada.

La situación militar de los rebeldes no era, ni con mucho, favorable y el gobierno parecía contar con fuerzas suficientes como para reprimir. Pero no con la plena decisión de hacerlo: Perón desistió de provocar un enfrentamiento que costara efusión de sangre.

Figura 22:
 
El general Perón a bordo del chinchorro que lo conduce al hidroavión que lo trasladará a Paraguay.

El 23 de septiembre de 1955, mientras "la oligarquía celebra alborozada en los salones de sus mansiones y se brinda con champán en los directorios de empresas, en la Sociedad Rural y en la bolsa de Comercio, la pequeña burguesía corre emocionada a la Plaza de Mayo para festejar, agitando banderitas, un triunfo ajeno..." (5). Al mismo tiempo, Lonardi jura como presidente provisional. La "Libertadora" ha triunfado.

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