La educación 

Escrito de Juan Perón

 

El pasado pertenece a la Historia y a nuestros héroes. Al presente tenemos la grave responsabilidad de tenerlo en nuestras manos. Pero el futuro, que es lo más valioso, porque es la esperanza de la Patria, eso si es de los maestros que plasman y modelan diariamente en las escuelas a los hombres del mañana, de quienes depende la grandeza de la nacionalidad. Los chicos tienen una importancia extraordinaria en la vida de los pueblos. En la República Argentina, lo menos que existe es el concepto argentino, tal vez porque estamos formados por muchos pueblos, porque se han mezclado muchas tendencias, muchas ideologías. Para conseguir la unidad nacional, lo primero es pensar con sentido nacional. La unidad nacional no está lograda en la Argentina, según mi impresión. Ella ha de partir de la escuela que tiene que formarla, pues nadie ha de hacerlo en el país en su reemplazo. Si lo hiciera el ejército lo haría con sentido militarista; y si lo hiciera la iglesia, lo haría en sentido religioso. Sólo el maestro puede hacerlo con sentido integral. 

El profesor debe enseñar: de ahí su función; el estudiante aprender: he ahí su tarea. 

La función del maestro es: primero, formar hombres buenos y justos; segundo, formar hombres sabios y prudentes, y tercero, formar un argentino que sepa poner esas dos cosas al servicio de la Patria y de su pueblo. 

He pensado siempre que la tarea del maestro no es solamente la de instruir, sino la de educar y formar el alma y la inteligencia y dar armas a los hombres para su lucha por la vida o en la vida. 

La función del maestro es ésa: salvar al hombre, pero no al hombre perdido, sino al que puede perderse. Hay que tomarlo a éste desde niño, llevarlo y cuidarlo, porque ésa es la esperanza del futuro del mundo. 

Si los maestros cumplen esa función serán beneméritos para el mundo; sino la cumplen, Dios nos libre de lo que puede ser el futuro del mundo en consecuencia. 

Lo primero que hay que hacer por la enseñanza es darle un lugar digno para que funcione y para que su personal esté en condiciones de dedicar a ella su vida. Ese aspecto, diremos material, debe ser satisfecho en las mejores condiciones en que el Estado puede hacerlo. 

He considerado como una tarea fundamental de gobierno asegurar a los profesores y maestros de la nación la orientación necesaria, el ambiente digno y también las condiciones indispensables que ellos necesitan para enseñar. Hemos dedicado al Ministerio de Educación los mayores medios que se le hayan destinado en toda la historia del país, y no hay esfuerzo que paulatinamente no hayamos de ir intensificando para hacer cada día más llevadera la tarea de enseñar y más alegre y constructiva la tarea de aprender, y para que nuestros profesores y maestros lleguen a formar ciudadanos no solamente capaces sino  también dotados de una capacidad calificada para la virtud, sin la cual el hombre pasa a ser un elemento negativo.

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