El tercero en discordia

Escrito de Juan Perón

El mundo actual, aparentemente dividido en sus dos tendencias ideológicas que encabezan ambos imperialismos, está tomando nuevas posiciones, porque hoy se lucha de la misma manera por la liberación tanto al Este como al Oeste de la Cortina de Hierro. Las ideologías han sido superadas y el dilema ha dejado de ser comunismo o capitalismo para pasar a ser liberación o neocolonialismo. Cuando los imperialismos capitalista y comunista se repartieron el mundo, nacía en el mundo el mismo germen de la liberación por la que hoy se lucha en todas partes. 

La lucha por la liberación es igual en Polonia, Hungría o Bulgaria que en la Argentina, Brasil o Francia, no interesa el signo bajo el cual se realiza. 

Como Mao encabeza el Asia, Nasser el África y De Gaulle a la vieja Europa y la lucha de Castro en Latinoamérica, millones de hombres de todas las latitudes luchan en la actualidad por su liberación y la de sus patrias. Este "Tercer Mundo" naciente, busca integrarse porque comprende ya que la liberación frente al imperialismo necesita convertirse en una acción de conjunto: este, como ya hemos dicho, es el destino de los pueblos. Así lo enseña la Historia en el devenir incesante de los imperialismos que, a lo largo de todos los tiempos, azotaron a una "tercera posición" que aparentemente caía en el vacío, pero han pasado los años que no han hecho sino deemostrar que estábamos en la verdad, aunque hayamos tenido que pagar el precio de los precursores. Todo aparece más claro cuando consideramos que el progreso técnico ha empequeñecido a la Tierra, si no en el espacio, por lo menos en el tiempo: lo que pasa en el Polo Norte se sabe diez minutos después en el Polo Sur y hoy se almuerza en un hemisferio y se cena en otro sin que a nadie le cause la menor extrañeza. Este empequeñecimiento del planeta ha traído como consecuencia la necesidad de contraerlo todo en relación al tiempo y al espacio. Así la política interna ha sufrido también sus consecuencias, pasando a ser una cosa casi provinciana para ser reemplazada por la política internacional que juega dentro o fuera de los países en la forma mas desaprensiva. Este desarrollo intenso de la política internacional, dentro y fuera de los países, ha impuesto la necesidad de crear los instrumentos para manejarla y así han surgido las "Grandes Internacionales". El capitalismo y el comunismo soviético no son sino dos de ellas, aparentemente contrapuestas pero, en realidad de verdad perfectamente unidas y coordinadas. Para comprobarlo, basta recordar 1938 cuando se aliaron para aniquilar a un "tercero en discordia" representado entonces por Alemania e Italia. No es menos elocuente lo que sucedió en la Conferencia de Yalta en la que ambos imperialismos se ponen de acuerdo y coordinan sus futuras actividades de dominio y explotación. Pero es que todo tiende a internacionalizarse alrededor de ello, lo que, en último análisis, es un triunfo del internacionalismo comunista. La masonería, el sionismo, las sociedades internacionales de todo tipo, no son sino consecuencia de esa internacionalización del mundo actual. Son las fuerzas ocultas de la revolución como son las fuerzas ocultas del dominio imperialista. 

En la primer a quincena del mes de septiembre de 1964 parece iniciarse una nueva etapa de la historia que estamos viviendo: El Gran Mao contesta a la URSS que la China Popular no ha de asistir a la reunión convocada en Moscú porque no comparte la idea de que el socialismo sirva para apoyar al imperialismo soviético que ya ha despojado de su territorio a numerosos países, entre ellos a China que sostiene su soberanía sobre la Mongolia Exterior. Tampoco considera que el socialismo que ha sido creado para liberar a los pueblos y a los hombres, pueda servir para esclavizarlos. En otras palabras, que el socialismo que se consideraba antagónico con el nacionalismo por su posición internacionalista, ha pasado a ser una cosa casi similar y que, dentro de ese concepto, se puede ser nacionalista y socialista a la vez.

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