(1) Homenajes y cuidados

De allí en mas, se sucederían los homenajes y pronunciamientos oficiales en honor de Eva. En la misma mañana del 1° de mayo, al inaugurarse el período legislativo, el diputado Cámpora propuso que el mismo fuera denominado "Período Legislativo Eva Perón". El 7 de mayo, día en que Eva cumplía 33 años, el Congreso la proclamó "Jefa Espiritual de la Nación".

Figura 1:

El 7 de mayo Evita recibe en la Residencia Presidencial a un grupo de sindicalistas que viene a saludarla por su cumpleaños número treinta y tres.

Luego se descubrió un busto suyo en el ministerio de Salud Pública, la Comisión Nacional de Cultura otorgó un premio extraordinario a "La razón de mi vida" y la Cámara de Diputados decidió entronizar en el recinto los retratos de Perón y Eva. Pero toda esa catarata de tributos oficiales, muchas veces dictados por un exceso de obsecuencia, no podían detener la enfermedad que la corroía.

Figura 2:

A pesar de dolorosa enfermedad, Evita mantenía una constante actividad en la Residencia Presidencial. La fotografía ilustra el momento en que recibe junto a Perón a una delegación de escolares.
Figura 2:

Eva Perón en la Residencia Presidencial muestra en su delgadez, las huellas de la cruel enfermedad.

Fue preciso trasladarla a otra dependencia, que fue acondicionada como una habitación de hospital. Además, para mayor comodidad, se la ubicó en una cama ortopédica. A los cirujanos Ricardo Finochietto, Jorge Taiana y Abel Canónico, se agregó el cardiólogo Alberto Taquini. Completaban el equipo el ginecólogo Jorge Albertelli y el radiólogo Joaquín Carrescosa.

Eva permanecía la mayor parte del tiempo recluída en su habitación y el 25 de mayo no hubo Te Deum ni velada de gala en el Teatro Colón. Pero ese día llamó a Alejandro Apold, insistiéndole para que fuera a almorzar con ella: le contó que había soñado su propia muerte y él -Apold- llamaba a los diarios para difundir la noticia.

Figura 4:

Automóvil con afiches pidiendo por la salud de Evita: "Dios salve a Evita y proteja a Perón por la patria y el pueblo".

También a partir de ese momento, comenzó a convocar a su lado a las personas de su confianza: "Se despedía poco a poco de sus amigos, regalándoles objetos que le pertenecían, o comprándoles pulseras, medallas, etc. Todos a su alrededor buscaban hacerle olvidar esos agudos dolores que la traspasaban. Se mostraban optimistas y alegres, pero el único que conseguía borrar la tristeza y el dolor de sus ojos, hacerla reír todavía alguna vez, era Nicolini" (8).

El 28 de mayo acudieron a la residencia los gobernadores y legisladores peronistas recientemente electos, para presentar sus saludos a Eva. Ella los recibió haciendo un esfuerzo y les dirigió una arenga: "Deseo que se sientan muy felices y les pido que sean fanáticos peronistas. Únicamente los movimientos de fanáticos del bien, son los que perduran."

Figura 5:

Una madre y su pequeño hijo en una de las innumerables misas por la salud de Eva Perón.

“...Tenemos que olvidarnos un poco de los que nos hablan de prudencia y ser fanáticos. Los que proclaman la dulzura y el amor se olvidan que Cristo dijo: "He venido a traer fuego a la tierra porque quiero que arda más" (...) Hoy que tengo la oportunidad de verlos a todos reunidos, les quiero pedir como peronista, que no se olviden de los descamisados. De esos descamisados a quienes deben ustedes querer mucho ..." (9).

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