(1) El Dr. Ara

En la mañana del 11 de agosto, el doctor Ara comenzó su tarea definitiva en dependencias de la CGT. A esos efectos, tres habitaciones del segundo piso de la central obrera habían sido convertidas en taller embalsamador. Las puertas permanecían cerradas y, a la salida del ascensor, el pasillo estaba custodiado por bomberos uniformados. Nadie fuera del médico y su ayudante, podía ingresar: tres veces por semana la madre de Eva y sus hermanas se llegaban hasta allí y rezaban ante la puerta, dejando ofrendas florales.

Duración: 2 minutos
 
 
Marcha de antorchas en homenaje a Eva Perón al cumplirse un mes de su muerte. Alocución de Eva Perón.
 
Figura 1:
 
"...Inmediatamente después de la desaparición de Evita se formó una comisión para erigirle un monumento; los fondos que se recogieron y se emplearon en los trabajos emanaban de una plebiscitaria suscripción popular.
Fue la misma comisión la que contrató al médico español Pedro Ara para embalsamar el cadáver.
Ara es conocido doquiera y sus métodos de trabajo son verdaderamente extraordinarios..." (JDP, Cómo conocí a Evita y me enamoré de ella)


Dos de las habitaciones se destinaban a guardar distintos elementos utitizados por el médico. En la tercera, el doctor Ara había instalado un verdadero laboratorio, que incluía grandes piletones, una amplia mesada de mármol, estanterías, botellas, tubos y mangueras. Sólo él y Perón poseían las llaves.

 

Figura 2:
 
"...El médico español diseca lentamente el cadáver dentro de un horno a temperatura moderada y a medida que los tejidos se endurecen, inyecta en las venas parafina y otras sustancias especiales, en lugar de sangre. Se hizo el embalsamiento en una sala del último piso de la sede de la Confederación General del Trabajo transformada en gabinete anatómico y duró casi seis meses...." (JDP, Cómo conocí a Evita y me enamoré de ella)

Ara trabajaba con obsesiva dedicación y con afán perfeccionista. Anotaba con minuciosidad el desarrollo de la tarea en su diario e inspeccionaba constantemente el cadáver. Su presencia en la CGT acabó por pasar desapercibida, aunque estaba mucho tiempo allí trabajando o consultando sus libros de anatomía en un despacho próximo.

Figura 3:
 
"...Casi podría decir que el doctor Ara logra fijar en el rostro de sus muertos, aquel soplo de vida al que, en el último momento, ellos buscan aferrarse desesperadamente..." (JDP, Cómo conocí a Evita y me enamoré de ella)

EI embalsamiento demandó casi un año. "El procedimiento empleado por el doctor Ara consistía en sustituír la sangre del cuerpo de Evita por alcoholes. Luego de esa primera etapa, se reemplazó el alcohol por glicerina. EI procedimiento se realizó a 60 grados de temperatura y requirió dos cortes: en el talón y en una oreja. A temperatura normal la glicerina se solidificó, quedando el cuerpo semiembalsamado, con sus órganos y tejidos intactos y una sorprendente elasticidad. Para la conservación definitiva de Eva Perón, Ara recurrió a complicados procedimientos que incluían su deshidratación e inmersión en substancias especiales. Durante algunas etapas del proceso, el cuerpo comenzó a reducir su volumen, tornándose la piel semitransparente. La talla final del cuerpo embalsamado era similar a la de una niña de 12 años" (1).

Figura 4:
 
"...Vi el cadáver embalsamado de Evita y tuve la impresión de que dormía. No lograba apartar los ojos de su pecho, porque esperaba de un momento a otro que se levantase y se repitiese así el milagro de la vida..." (JDP, Cómo conocí a Evita y me enamoré de ella)

Al concluir, el médico sometió su trabajo a la aprobación de una comisión integrada por Finochietto, Cámpora y Mende. En julio de1953 un informe a la comisión encargada del monumento: indicaba que el cadáver había sido "impregnado de sustancias solidificantes" y que podía estar "permanentemente en contacto con el aire, sin mas precaución que la de protegerlo contra los agentes perturbadores mecánicos, químicos o térmicos tanto artificiales como de origen atmosférico".

Figura 5:

"...Eva vestía una túnica blanca, larguísima, que le cubría los desnudos pies. Sobre la túnica, casi a la altura de los hombros, brillaba el distintivo peronista en oro y piedras preciosas, que llevaba cuando vivía. Las manos le salían de las amplías mangas y estaban cruzadas; entre las manos tenía un crucifijo. Su rostro estaba como de cera, lúcido y transparente, tenía los ojos cerrados como si durmiese..." (JDP, Cómo conocí a Evita y me enamoré de ella)

El informe señalaba también que no fue "abierta ninguna cavidad del cuerpo. Conserva, por tanto, todos sus órganos internos, sanos y enfermos, excepto los que le fueron extirpados en vida por actos quirúrgicos. De todos ellos podría hacerse en cualquier tiempo un análisis microscópico con técnica adecuada al caso. -No le ha sido extirpada ni la menor partícula de piel ni de ningún otro tejido orgánico: todo se hizo sin más mutilación que dos pequeñas incisiones superficiales ahora ocultas por las sustancias de impregnación- ...

Los elementos cuidados que en lo sucesivo deben prodigarse son, entre otros obvios, los siguientes: Primero, evitar que en el local donde sea depositado suba la temperatura más de 25°c, mantener fuera de la acción de los rayos solares la vitrina que contiene el cuerpo. Tercero, no permitir que bajo motivo alguno sea abierta la vitrina ni tocado el cadáver en ausencia nuestra. A ese fin, me permito proponer que la llave quede en mi poder, si he de continuar la observación de los resultados durante algunos meses o permanentemente, según se acuerde como de mayor conveniencia".(2)

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