Entre la noche del 23 de febrero de 1944 y la madrugada del 24, en el Consejo Deliberante, los miembros de GOU resolvieron disolver la Logia. Así, en las Noticias Nº 18, con fecha 28 de febrero, se informaba que “aún cuando el general Ramírez resolviera la continuación del GOU, los miembros del organismo director quedaban liberados de los juramentos y compromisos contraídos”.
La mañana del día 24, desde la quinta de Olivos, y en compañía de González, el presidente Ramírez pidió telefónicamente la renuncia de Farrell. El ministro de guerra convocó urgentemente a los comandantes de guarniciones para cercar al presidente.
El matutino “La Prensa” del día 25, informaba que “toda la actividad quedó radicada después de las 21, en el Ministerio de Guerra, situado en la esquina de Callao y Viamonte. Largas filas de automóviles con el característico distintivo del ejército, estacionados en los alrededores del lugar, señalaban el crecido número de militares que se hallaban en el edificio”.
El coronel Emilio Ramírez fue desplazado por el coronel Filomeno Velazco en la jefatura de Policía; el Correo fue para el coronel Julio Lagos.
Aproximadamente a las 21 hs. del día 24 los comandantes de las guarniciones fueron a exigirle a Ramírez el abandono del cargo. Cerca de las 23 hs. Los jefes reunidos en el Ministerio de Guerra consideraban la renuncia de Ramírez que, dirigida al pueblo de la República decía:
“Como he dejado de merecer la confianza de los jefes y oficiales de las guarniciones de la Capital Federal, Campo de Mayo, El Palomar y La Plata, según me lo acaban de manifestar personalmente dichos jefes y como no deseo comprometer la suerte del país, cedo ante la imposición de la fuerza y presento la renuncia del cargo de Presidente de la Nación. (Firmado: Pedro P. Ramírez, general de división).”
Como la renuncia de Ramírez, redactada por González, era “ante la imposición de la fuerza”, significaba que quien lo volteaba era una revolución; y aceptar esto sería complicado pues exigiría un reconocimiento diplomático. No era conveniente. El general Farrell llegó hasta la quinta presidencial, cerca de las dos de la mañana.
Duración:
2,30 minutos |
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Perón y Farrell en un acto en la Unión Obrera Marítima. Asunción del presidente Farrell. |
Llevaba consigo un documento nuevo redactado por Perón: “Al pueblo de la
República: Fatigado por las intensas tareas de gobierno que me exigen tomar
un descanso, en la fecha delego el cargo que desempeño en la persona del excelentísimo
señor vicepresidente de la Nación, General de Brigada don Edelmiro J. Farrell”.
Ramírez firmó. Farrell era el nuevo presidente.…”
Alrededor de las tres de la mañana, el coronel Perón informaba a los representantes de los medios periodísticos que las noticias que habían circulado con respecto a la renuncia del presidente “eran inexactas” y que en realidad “había delegado el mando”. Años más tarde Perón explicaría los motivos de la caída del general Ramírez: “estuvo seis o siete meses, ¡era bastante! Empezó a cultivar los intereses oligárquicos y meterse en la corriente de nuestros enemigos. Y nosotros, que no éramos tontos, estábamos lejos, pero mirábamos y veíamos. Entonces, sacamos a Ramírez, que renunció con un pretexto, y nombramos a Farrell que era vicepresidente”.
El día 25, los diarios dan a conocer la “delegación” de Ramírez y Perón anunciaba que se dejaría sin efecto el decreto del 31 de diciembre de 1943 que regía la actividad periodística; en las últimas horas del agitado 25, los dirigentes del nacionalismo que habían sido detenidos días atrás, quedaban en libertad.