(7) Hacia su descanso final en la CGT

Al día siguiente, una multitud de más de dos millones de personas se volcará a las calles, cubriendo su trayecto por donde avanzará el cortejo fúnebre que ha de conducir el cadáver de Eva a la sede de la CGT. Colocado sobre una cureña que arrastraban representantes obreros, el ataúd avanzó por Rivadavia, Avenida de Mayo, Hipólito Yrigoyen y Paseo Colón flanqueado por cadetes de institutos militares, alumnos de la Ciudad Estudiantil y enfermeras de la Fundación.

Figura 35:
 
El 10 de agosto, los despojos mortales de Eva Perón son conducidos desde el Congreso Nacional hacia la CGT. Más de dos millones de personas se vuelcan a la calle a brindar su adiós a la Abanderada de Los Humildes. 

 

Duración: 4 minutos
 
 
Funerales de Eva Perón. Traslado de sus restos desde el Congreso Nacional hasta la CGT.
 
 

Preceden el cortejo nueve patrulleros de la policía, y rinden honores militares diecisiete mil soldados al mando del general José Domingo Molina. A las 17,50, una salva de veintiún cañonazos marca el instante en que el ataúd es introducido en el recinto de la CGT. 

Figura 36:
 
El ataúd que contiene los restos de Eva Perón, en la sede de la Confederación General del Trabajo. Obreros y delegadas del Partido Peronista femenino montan guardia de honor.

La fastuosidad de las honras fúnebres empalideció, sin embargo, frente a la manifestación espontánea del pueblo. Buenos Aires asistió a una de las más conmovedoras y multitudinarias muestras de dolor colectivo de la historia. 

Figura 37:
 
Los restos de Eva Perón serán depositados finalmente en la CGT, donde teóricamente descansarían en paz. Sin embargo la extraordinaria personalidad de Evita, inquietaría las mentes de la oligarquía aun muerta. Sus restos serían objeto de una de las más macabras, truculentas y sádicas maniobras de la historia argentina y mundial.

Miles de hombres y mujeres desafiaron, durante días y noches enteros, la lluvia y el frío para rendir su posterior homenaje a aquella a quien habían reconocido como la más expresiva bandera de todas sus luchas. Más allá de las oraciones y los discursos, el sentido de la vida y la muerte de Eva Perón se hacía inteligible ante la exteriorización de ese dolor popular, sincero y profundo, que encendería velas y levantaría altares en su memoria, hasta en los últimos rincones de la Patria. 

Duración: 2 minutos
 
 
Marcha de Antorchas en homenaje a Evita a los 30 días de su muerte.
 
 

También estaban los que festejaban, los que pensaban que con Eva desaparecería uno de los aspectos más irritantes y peligrosos del peronismo. Y algo de razón tenían. La muerte había silenciado la voz de esa mujer que entendía que el peronismo "sería revolucionario o no sería ... ". El fuego vital de su sangre ya no prestaría su calor a la revolución en marcha. Su imagen quedaría, sin embargo, perpetuada en la memoria colectiva de su pueblo. 

Figura 38:
 
Las tapas del diario Clarín ilustran la interminable eclosión de dolor popular.
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