(4) Las organizaciones armadas

Tanto Perón como Cámpora habían sostenido la opinión de que la violencia cedería al desaparecer las causas que la engendraban. Pero esto  podría ser enteramente válido con relación a los episodios de insurgencia popular -del tipo del Cordobazo-, y no con respecto a la guerrilla. 

Figura 16:
 
Mario Firmenich  junto a Rodolfo Galimberti.
Figura 17:
 
Roberto Quieto.
Figura 18:
 
Fernando Vaca Narvaja.
Figura 19 :
 
Roberto Perdía.

Pocos días después de asumir –el 13 de junio- Cámpora recibió en la Casa de Gobierno a dirigentes de las organizaciones armadas peronistas (FAP, FAR y Montoneros). Estas manifestaban su apoyo al gobierno, pero expresaban su intención de no desmovilizarse ni deponer las armas. Su accionar disminuiría perceptiblemente durante esos primeros meses, aunque no dejarían de llevar a cabo algunos episodios menores de "recuperación" de armamento y vehículos. 

Figura 20:
 
Mario Roberto Santucho.

En cuanto al ERP, a principios de junio brindó una conferencia de prensa su máximo dirigente, Roberto Santucho, para informar que continuaría la lucha contra las Fuerzas Armadas, aunque respetaría y se abstendría de atacar al "gobierno parlamentario" que terminaba de asumir. En virtud de esa curiosa concepción seguirían produciéndose atentados contra militares, pero quedarían a salvo de ellos -prometía el ERP- las fuerzas policiales, en tanto dependían del ministerio del Interior.

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