Había llegado el momento de concretar la organización. En julio de 1949 se llevó a cabo en el Luna Park una reunión de delegados del Partido Peronista, con la finalidad de dar bases definitivas a su organización.
Seis mil delegados -de los cuales mil eran mujeres- escucharon la palabra
de Perón. Al día siguiente -26 de julio- las representantes femeninas se trasladaron
al Teatro Nacional Cervantes para celebrar la primera Asamblea Nacional del
Movimiento Peronista Femenino.
Duración:
30 segundos |
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Asamblea constitutiva del Partido Peronista Femenino, en el teatro
Cervantes, 26 de julio de 1949. Del documental Décadas. Idea y guión
Roberto Vacca y Otelo Borroni, 1986 |
Además de delegaciones de la Capital Federal, todas las provincias y territorios, nacionales, asistieron algunos grupos y centros femeninos que ya existían previamente, como el "María Eva Duarte", la Asociación Peronista Pro Derechos Políticos de la Mujer, la Unión Femenina Peronista y otros. Todos ellos se disolverían ese día para pasar a constituír el Partido Peronista Femenino, proclamando a Eva Duarte de Perón como su presidenta.
Eva pronunció en esa oportunidad un largo discurso, procurando explicar por
que las mujeres debían organizarse políticamente, cuáles serían la ideología,
los principios orientadores y los objetivos del nuevo movimiento.
La mujer -afirmó- había sufrido doblemente la explotación: como trabajadora y como mujer. Sólo la lucha de Perón "contra los privilegios oligárquicos" comenzó a redimirla de su condición, otorgándole al mismo tiempo los derechos políticos, tan injustamente negados.
Como ''fuerza moral del pueblo", la mujer tenía la obligación de organizarse en defensa del gobierno que la había rescatado de su sumisión; y esa organización debía -necesariamente- enmarcarse dentro de los objetivos señalados por Perón: el Justicialismo y la Tercera Posición.
Por ello, el Partido Peronista Femenino se fundaría en "la más estricta fidelidad a la doctrina, la obra y la personalidad del general Perón, que corresponde a la manera más completa de identificarse con la Revolución, porque nuestro movimiento se inspira teóricamente y doctrinariamente en la palabra de Perón y se alimenta prácticamente de su obra de gobernante. Para la mujer ser peronista es, ante todo, fidelidad a Perón y confianza ciega en Perón" (13).
El cometido esencial del Partido Peronista Femenino -afirmó Eva- sería difundir y extender la doctrina. Para ello deberían las mujeres abocarse al estudio de la obra de Perón y de los principios doctrinarios, cubriendo el país de ateneos que serán las 'unidades básicas'. Las mujeres estaban perfectamente capacitadas para la lucha política y deberían reclamar su puesto en ella, sobradamente ganado en las jornadas de octubre de 1945, concluyó.