A fines de 1944, Cordell Hull había echado las bases en Dumbarton Oakes (distrito de Columbia, EE.UU.) con los representantes de las naciones aliadas, de la formación de una sociedad de naciones vencedoras. Se resolvió que el tema —y otros debidos a la etapa final de la guerra— fueran discutidos por los “tres grandes” en enero de 1945 en Yalta, ciudad de la Crimea soviética.
A fines de enero, los tres jefes de Estado se encuentran en Yalta. Cordell Hull no ha podido acompañar a Roosevelt debido a su enfermedad, y el nuevo secretario, Stettinius, y el futuro secretario, James F. Byrnes, asesoran al presidente norteamericano.
La situación de los países americanos, que habían roto relaciones con el Eje, pero no declararon la guerra, es analizada en la sesión del 7 de febrero. Stalin, que ha exigido en Dumbarton Oakes que las dieciséis repúblicas federadas de la Unión Soviética estén representadas en las futuras Naciones Unidas, a mejor título que las repúblicas latinoamericanas bajo control estadounidense que ni siquiera habían declarado la guerra, exige una explicación a Roosevelt, que éste le da.
Había sido por un error de Summer Welles que no se exigió en Río de Janeiro la declaración de guerra y solamente una ruptura de relaciones. Pero estas repúblicas no podían perjudicarse por haber seguido las instrucciones que, erróneamente, les dio Welles, ya que cooperaron con los Estados Unidos proveyéndole de materias primas para confeccionar municiones. Las consideraba, por tanto, “naciones asociadas” y pedía se las tratase como beligerantes.
Stalin pregunta por el caso de la Argentina, que rompió relaciones con el Eje, pero no declaró la guerra. Pero la Argentina no es “nación asociada” para Roosevelt. Stalin hace notar la contradicción. Exige que las repúblicas americanas que no declararon la guerra al Eje lo hagan cuanto antes si pretenden encontrarse representadas en las Naciones Unidas. Roosevelt le pide que Stalin mismo señale el plazo, y el mariscal soviético fija como fecha límite el primero de marzo.
El plazo se amplía hasta el primero de mayo, al solo efecto de que la reunión de naciones americanas en Chapultepec fuese de países que hubiesen declarado la guerra al Eje.
En Yalta, Stalin renunció a su proyecto que las dieciséis repúblicas federadas de la Unión Soviética estuvieran representadas en las Naciones Unidas, limitando la representación soviética a Rusia, Ucrania y Bielorusia. Más adelante, en la conferencia de Postdam de julio, obtuvo que se diese representación al Gobierno comunista de Lublin, Polonia. Y finalmente conseguiría que se reconociesen los nuevos Gobiernos comunistas de los Balcanes.