Al inaugurar el 86º período de sesiones del Congreso Nacional, el 1 de mayo de 1952, el general Perón hace un balance de las realizaciones del Primer Plan Quinquenal. Así, el Ministerio de Obras Públicas, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y el Banco Hipotecario Nacional, han construido un total de 217.000 viviendas en cinco años.
El Banco Hipotecario Nacional que durante el período que va de 1920 a 1945 sólo había otorgado 14.800 préstamos para la construcción de viviendas rurales y urbanas por un total de 180 millones de pesos; durante el Plan Quinquenal llegó a conceder 170.000 préstamos por un total de 5.700 millones de pesos.
Durante el mensaje, Perón explica: "Hasta 1946 el Banco prestaba dinero a los ricos para hacer grandes construcciones. Nosotros preferimos prestar a los trabajadores, para que cada uno de ellos sea dueño de su propia casa ( ... ). Dicen que nosotros damos crédito en función política. Y acaso sea la única verdad entre tantas acusaciones mentirosas, porque lo cierto es que tratamos de servir al pueblo ... ¡Primero, porque es pueblo y segundo porque es peronista!”
Cuando hablamos de 217.000 viviendas, no están incluidas las construidas en los barrios levantados en las provincias, que como en el caso de Buenos Aires, alcanzan cifras significativas. Así Perón puede decir años mas tarde: "Sólo durante el Primer Plan Quinquenal (1946-1951) se construyeron 350.000 viviendas para obreros en toda la república. En el segundo Plan Quinquenal, hasta 1955, se llevan construidas más de 150.000. Así los trabajadores que antes vivían en conventillos sucios y hasta de diez en cada pieza, comienzan hoy a ser propietarios de su casa ya vivir decentemente".
Hasta 1946, el Banco Hipotecario ejercía su política de vivienda por medio de "cédulas hipotecarias"; institución "que con el tiempo había ido perdiendo su fisonomía originaria".
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Construcción de Monobloques en el Gran Buenos Aires. Ciudad Evita, Barrio Obrero en Mendoza. |
Con la reforma bancaria realizada en 1946, el gobierno peronista estuvo en condiciones de llevar adelante, en lo que se refiere a planes de vivienda, una política más ambiciosa. Es que los mecanismos financieros eran más ágiles y efectivos, y al incrementarse el circulante, conjuntamente con el ahorro interno permitieron llevar la justicia social al plano de la vivienda popular: “Asumimos desde un principio la obligación de afrontar el angustioso problema de la vivienda planteado entre nosotros y notoriamente agravado en los últimos tiempos- dice Perón en su primera presidencia- Si la vivienda pobre, destartalada y miserable pudo servir hasta ahora de argumento para efectistas y truculentas disertaciones, y ser tema que confundió a la prensa en ejundiosos editoriales, no constituyó nuca en las alturas del poder una preocupación verdaderamente honrada y patriótica”.
Este terrible flagelo social del problema de vivienda es tenido en cuenta por el gobierno peronista aceptando la no rentabilidad económica, primando en los proyectos el concepto de las necesidades humanas. Así cuando al hacerse de la Administración Nacional de la Vivienda, el banco Hipotecario, asume la responsabilidad de otorgar a todos los habitantes una vivienda; queda establecido que el gobierno ha de resarcir al Banco por las pérdidas ocasionadas.
La dignificación del hombre es uno de los pilares de filosofía peronista. La vivienda es una necesidad, no un privilegio: es un derecho que ha de ser regulado por la legislación y sostenido por la práctica -administrativa. El concepto de función social modera la propiedad individual. La conciencia social crece.
Dice Hernandez Arregui: "El saldo frente al grave problema de la vivienda, durante el régimen de Perón, fue la construcción en un plazo excepcionalmente corto de 500.000 casas, con la incorporación a la vida digna de 2.500.000 argentinos que habían vivido en pocilgas, ranchos o inquilinatos ruines.
A esto se llamó "demagogia". En cuanto a la política de vivienda, la oposición se encarnizó con las villas de emergencia y mas tarde con los monobloques, respecto de los cuales, se dijo, eran destruidos por sus "negligentes" ocupantes.
Dice Pavón Pereira:"Las viviendas precarias, como sucede en cualquier fenómeno social, no pueden ser analizadas fuera del contexto político en que se desarrollan. En la época de Perón, las villas son realmente "de emergencia" ya que el intenso proceso de construcciones permite la movilidad habitacional en condiciones hasta entonces desconocidas" .
Las familias humildes, trabajadoras; gracias al pleno empleo reinante, el buen nivel de los salarios, la estabilización del costo de vida; pueden insertarse en los planes de vivienda.
El problema era histórico, pero se había intensificado a partir de ·1930 como resultado del incipiente proceso de industrialización y su consecuencia inmediata: la concentración de la población en las grandes ciudades. Los cañones apuntaron al gobierno peronista.
Hugo E. Ratier en su obra "Villeros y Villas Miserias" explica:"La crítica se dirigió entonces a las villas y su modo de vida. La villa era un "invento de Perón" desconocido hasta entonces. Cuando comienzan a arbitrarse soluciones y el villero se ve en condiciones, por acción del gobierno, de habitar una casa o departamento, aparece la leyenda negra de los monobloques".
Se refiere Ratier a la fantasía que pululaba en ciertos sectores de la sociedad, según la cual los "grasitas" no saben vivir decorosamente. El trabajo de Ratier no permitió entregar pruebas concretas que fueran aval de ese fetiche, indudablemente alimentado por la oligarquía, siempre ávida del enriquecimiento e intolerable, ante el avance de las masas hacia planos más elevados.
El ritmo de las construcciones se intensifica como así también se perfeccionan los proyectos. Los nuevos barrios tienen semejanzas con "'las ciudades Satélites" realizadas en Norteamérica y el continente europeo.
En cuanto a política habitacional, los objetivos del Segundo Plan Quinquenal son quirúrgicos: el proyecto es levantar 300.000 viviendas nuevas. El Ministerio de Finanzas ha de coordinar los préstamos de los bancos oficiales que deberán tener funciones específicas: el Banco Hipotecario Nacional auxiliará a las cooperativas y asociaciones gremiales que sin ánimo de lucro, construyan para sus afiliados.
Asimismo deberá ayudar a los trabajadores, que deseen su casa propia. El banco de la Nación ha de apoyar a los campesinos que necesiten su propia casa en las zonas rurales.
El banco Industrial Argentino, ha de auxiliar a las empresas constructoras, así como también a las industrias que extraen materia prima, que fabrican herramientas para la construcción, o que se limitan a la prefabricación de partes o de toda la vivienda. Los municipios de todo el territorio nacional han de proyectar planes reguladores y urbanísticos, con sus correspondientes estudios y evaluaciones, en cuanto a la vivienda se refiere.
Así durante el año 1952, sé escrituraron en el Banco Hipotecario mas de 41.000 operaciones. Poco tiempo después del fallecimiento de Evita, es lanzado un tipo nuevo de préstamos para la construcción de viviendas familiares que ha de llevar su nombre . Los intereses devengados son reducidos y los plazos de pago se extienden a cincuenta años. Así se cubren las necesidades de las familias numerosas.
Las realizaciones del gobierno peronista en materia de viviendas las podemos palpar cotidianamente: En cuanto al Primer Plan Quinquenal, los monobloques ubicados en Juan B. Alberdi y Lacarra. Los departamentos del Barrio Carapaligüe, los edificios gigantescos que bordean la Av. General Paz, el camino de cintura y la autopista a Ezeiza. La ciudad Evita, es ejemplo del Segundo Plan Quinquenal, así como el barrio Los Perales. Salud y Vivienda en el gobierno peronista, tuvieron un destacado lugar en el concepto de las realizaciones.