Sujeto a presiones encontradas -los compromisos asumidos con Perón y la estrecha vigilancia de los militares gorilas-, los comienzos del gobierno de Frondizi debían ser necesariamente contradictorios.
A poco de asumir, el presidente dispone un aumento general de salarios del 60%, y el 5 de mayo se dicta una Ley de Amnistía. La misma incluye, sin embargo, una cláusula que excluye a Perón. El 27 de mayo, asimismo, se levanta la intervención a seis federaciones sindicales.
Paralelamente, Frondizi procura cumplir sus compromisos con el otro bando: a pocas semanas de asumir envía al Congreso un proyecto de ley que dispone el ascenso de Aramburu al grado de teniente general, y de Rojas al de almirante.
Eso no impedirá, sin embargo, la inquietud militar por los orígenes "dudosos" del gobierno: a partir del 18 de mayo, oficiales de las tres armas se reúnen en el Centro Naval con el contralmirante Rial y políticos radicales veteranos en conspiraciones, tales como Perette y Zavala Ortiz.
El 7 de julio, con motivo del banquete anual de las Fuerzas Armadas, tendría lugar el primer incidente militar. El contralmirante Rial, que debía hablar en representación de sus camaradas, preparó un discurso en el que impugnaba el supuesto nombramiento de "extremistas de izquierda" en cargos de gobierno.
Buscando presionar al presidente, el oficial naval le envió el texto para su consideración. Pero Frondizi hizo gala de reflejos rápidos: ordenó la suspensión de la comida de camaradería y arrestó a Rial por ocho días, debiendo este pedir el retiro algunos meses después. Pero sólo era el comienzo.
El 24 de julio de 1958, se escucha por radio y televisión la palabra presidencial: es el anuncio del lanzamiento de la política petrolera. El gobierno da cuenta de que se han firmado convenios con varias compañías extranjeras: Panamerican Internacional Oil CO., el Banco Carl Loeb Rhoades y Cía., la Sea Drilling Corporation y un grupo estadounidense integrado por varias firmas de ese origen.
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La explotación petrolera. Discurso de Frondizi. |
"Está en juego el destino del país y cualquiera sea el terreno en el que se libren sus batallas, ésta lucha tiene un sólo objetivo: lograr que la Argentina rompa las ataduras que traban su desarrollo y permitir que se lance hacia su total realización nacional", afirma Frondizi. Esos conceptos suenan seductores y el gobierno afirma que los contratos no importan concesiones, sino locaciones de servicios que suplen las falencias del país en la materia. Sin embargo, a poco que se van conociendo detalles de las negociaciones, se advierten cláusulas que admiten serios reparos. En especial, en el acuerdo con la Banca Loeb, no hay una clara estipulación de las obligaciones que asume el consorcio extranjero.
No tardan en dejarse oír las criticas opositoras: se denuncia que el precio que deberá pagar el país por el petróleo extraído supera el nivel internacional. Por lo demás, la política petrolera que inicia Frondizi se compadece poco con sus propias posiciones frente a la negociación que -años atrás- iniciara el gobierno de Perón con la California.
Sugestivamente, en cambio, el liberalismo aplaude en la voz de Cueto Rúa: "Frondizi reitera aquí lo ya dicho por el doctor Yadarola, el ingeniero Alsogaray y el que habla ... Para lograr el desarrollo acude a la colaboración del capital privado. Es exactamente lo que propiciábamos nosotros tres".
Por esos días, otros sucesos atraen la atención. Frondizi continúa caminando por un estrecho desfiladero, y el 25 de agosto cumple con su compromiso de dictar una ley de Asociaciones Profesionales que repone el sindicato único por rama industrial. La UCR se apresura a criticar duramente la iniciativa, que a se juicio "promoverá el renacimiento del totalitarismo y la anarquía en la producción".
También en el mes de agosto, el gobierno anuncia su intención de reglamentar el decreto 6403/55 de la Revolución Libertadora, autorizando el funcionamiento de universidades privadas.
Se enciende una ardua polémica: los partidarios de la educación estatal sostienen que el presidente es un instrumento del clero, en tanto que los católicos acusan de comunistas a sus adversarios. Especialmente el medio universitario es sacudido por el conflicto y se producen reyertas y disturbios callejeros entre los partidarios de la educación "laica" o "libre".
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Conflicto estudiantil: enseñanza laica o libre. |
No son pocos los que consideran que Frondizi ha lanzado esa iniciativa como una "cortina de humo", para apartar la atención de la cuestión petrolera. Finalmente, la cuestión quedará zanjada a medias, mediante la modificación parcial del decreto: las universidades privadas podrán expedir títulos con una habilitación que conferiría el Estado.
No obstante el dictado de la Ley de Asociaciones Profesionales, el sindicalismo peronista se manifiesta contra la política económica de Frondizi. El 28 de agosto tiene lugar un acto organizado por las 62 Organizaciones en Plaza Once. Al mismo tiempo, crece el enfrentamiento interno con los sindicalistas partidarios del integracionismo.