Se dijo que la operación había sido exitosa. Pero se había llevado a cabo
tardíamente y fue imposible extirpar todos los tejidos enfermos. De todos
modos; Eva abandonó el policlínico el 14 de noviembre en una ambulancia donada
a la Fundación por el gobierno mexicano.
Figura 20:
“...Las obras de la Fundación en cambio surgen de la necesidad de los
descamisados de mi Patria.
Las obras de asistencia social que las "damas" construyeron
en la vieja Argentina estaban pensadas por gentes que ignoraron siempre
lo que es la necesidad de los pobres.
En la Nueva Argentina nuestras obras nacen del conocimiento cada vez más
profundo de esa necesidad...” (La razón de mi vida)
Una caravana de colectivos la escoltó hasta la residencia presidencial. Allí,
ella misma solicitó ser ubicada en una habitación separada, donde pudieran
atenderla sin molestar a Perón: le fue preparado un cuarto del primer piso,
con dos grandes ventanales orientados hacia los jardines que daban a la Avenida
del Libertador. "Pensar que me tenía que morir para que me arreglaran
una habitación como la gente... " bromeó (4).
Duración:
2:00 minutos
La Residencia Presidencial. Habitación de Evita y dependencias.
Del Documental: "Y argentina detuvo su corazón". Emitido
por Canal Encuentro.
Figura 21:
“...Además el dinero de nuestras obras viene del mismo pueblo...
no es dinero que sobra en el bolsillo de nadie ¡muchas veces es dinero
que llega a mis manos gracias al sacrificio de muchos obreros juntos!
"Aquel" era dinero sobrante, tal vez dinero "robado",
porque todo dinero que sobra en un bolsillo siempre es en cierto modo
dinero de los demás. El dinero de mis obras es sagrado, porque es de los
mismos descamisados que me lo dan para que lo distribuya lo más equitativamente
que pueda. Por eso, dice Perón que eso es "un milagro único en el
mundo".
Yo pienso que ese milagro solamente es posible cuando un pueblo tiene
la generosidad de los trabajadores argentinos...” (La razón de mi vida)
Esa y otras manifestaciones suyas, darían la pauta de que Eva sabía -o al
menos intuía- la gravedad de su enfermedad. Sin embargo se montaría un doble
juego de engaños: todos los que la rodeaban pretendían animarla y ocultarle
la verdad, al tiempo que ella misma simularía creer esas "mentiras piadosas".
Pero sus padecimientos, apenas atenuados por los frecuentes calmantes, no
dejarían margen para la duda.
Figura 22:
“...Yo no niego que mis obras ayuden a consolidar el enorme prestigio
político del General, pero nunca he subordinado el amor al interés...
y menos tratándose del amor de mi pueblo.
Y de esto tengo mil pruebas, muchas de mis obras se levantan en sitios
casi desolados donde no hay "votos que ganar".
¿Qué interés político puede tener construir un Hogar en Tierra del Fuego?..”
(La razón de mi vida)
No obstante, fue retomando la actividad en la medida de sus posibilidades.
El domingo 2 de diciembre, aprovechando cierta mejoría y una temperatura favorable,
pudo dar un paseo en automóvil con Perón. El día 7, en horas de la noche,
pronunció un mensaje por la Cadena Nacional para agradecer al pueblo el voto
por la fórmula peronista. .
Figura 23:
“...Cuando la cena es en el Hogar de la Empleada, una de las obras
de la Fundación, me acompaña siempre un grupo más numeroso de amigos.
Estas cenas se convierten en algo así como una peña; una peña peronista
por supuesto.
El que es poeta puede allí lucirse lo mismo que el que tiene facilidades
de orador.
¡La única condición es que nadie puede decir una palabra que no se refiera
el Líder común!
Conservo en mi corazón un grato recuerdo de esta clase de reuniones que
espontáneamente se convierten en homenajes cálidos y sinceros a Perón,
que muchas veces a esa hora ya está de pie, iniciando su jornada nueva...”
(La razón de mi vida)
Duración:
1:00 minuto
Expresiones populares por la salud de Eva Perón. Audio de Eva
Perón enferma
El domingo siguiente estuvo en condiciones de repetir el paseo y, al llegar
la Navidad, grabó el mensaje como lo hacía usualmente cada año. También repartió
juguetes a un grupo de niños en los jardines de la residencia presidencial.
Recibió brevemente al periodismo y asistió, el 4 de enero, a una ceremonia
en cuyo transcurso la CGT entregó una medalla de oro al doctor Finochietto
por "la exitosa operación realizada a la señora de Perón". Era otro
acto de la comedia: ni Finochietto había practicado la intervención ni ésta
había sido tan exitosa.
Figura 24:
Perón y Evita en el homenaje al doctor Finochetto.
Figura 25:
“..Frecuentemente llego a la Residencia cuando Perón se dispone
a salir para la Casa de Gobierno.
El General suele enojarse un poco conmigo por estas exageraciones de mi
desordenada manera de trabajar. Pero... no puedo con mi genio. Él es militar
y por eso es amigo del orden y trabaja siempre con método y disciplina.
Yo no puedo hacer eso aunque me lo propusiese, tal vez porque estoy en
el frente mismo de la lucha, y él, en el comando supremo...” (La razón
de mi vida)
Cuando los dolores aumentaban permanecía acostada en su cama. Pero en cuanto
se sentía mejor hacía venir a su peinador y su manicura, charlaba con las
enfermeras, discutía extensamente con Atilio Renzi -que se encargaba de suplantarla
en la ayuda social- y citaba personas a quienes quería entrevistar.
Figura 26:
Evita en febrero junto a Raúl Mendé y Perón..
Figura 27:
“...En cuanto empecé a atender a los pobres me di cuenta que la
cuestión no era sólo atenderlos. Más importante que atenderlos era cumplir
con ellos.
Ellos piden, Y piden porque les hemos dicho que tienen derecho a pedir
lo que no tienen por culpa de un siglo miserable de explotación y de injusticia.
Tenemos por eso obligación de darles lo que es justo que pidan.
Para eso tuve que organizar mi ayuda...” (La razón de mi vida)
Los médicos y Perón se oponían, pero ella no hacía caso y aprovechaba las
ausencias de su marido: solían venir Espejo, Santín, Apold, Oscar Nicolini,
además de miembros del Partido Peronista Femenino. No pasaba mucho tiempo
sola, porque Perón comenzó a quedarse con ella por las tardes: entonces acostumbraban
ver cine en el hall de la residencia. Doña Juana y sus hermanas también se
turnaban para acompañarla, Nicolini la visitaba todos los días y Renzi permanecía
casi todo el tiempo en la residencia. También iban a verla ministros y legisladores.
Figura 28:
“...Para darles vivienda tuve que construirlas y para construirlas
hubo que organizar equipos de técnicos y de obreros y lanzarlos después
a trabajar en todo el país.
Para atender a la necesidad apremiante de techo que muchas veces tienen
los pobres por muchas circunstancias extrañas e imprevistas, y mientras
llega la solución definitiva, tuve que construir los "hogares de
tránsito" donde se alojan las mujeres y los niños de esas familias
en desgracia...” (La razón de mi vida)
Aunque a veces se fatigaba, ella prefería estar rodeada de gente que la conectaba
a su mundo, a las actividades que tanto la desvelaban. Llegaban también hasta
ella visitantes extranjeros, como el jefe del Estado Mayor Brasileño, general
Pedro Aurelio de Goes Monteiro.
Figura 29:
Evita recibe en abril de 1952 el Saludo del general Brasileño
Goes Monteiro.
“...Para atender a los ancianos desvalidos hubo que construir
hogares de ancianos.
Los pedidos de juguetes de los chicos me hicieron pensar que era mejor
si el regalo les llegaba en un día apropiado y por eso, todos los años,
para el día de Reyes, la Fundación cumple con los niños, que son, en la
Nueva Argentina de Perón, "los únicos privilegiados"...” (La
razón de mi vida)
El 17 de abril Evita se trasladó a la Casa Rosada para recibir la Orden de
los Omeyades, condecoración que le entregó en nombre de su país el embajador
de Siria. El 3 del mismo mes debió concurrir al velatorio de Hortensio Quijano,
el vicepresidente electo que falleció antes de asumir por segunda vez.
Figura 31:
Bosquejo del Modisto y amigo de Eva Perón Paco Jamandreu del modelo
de cocktail de brocato de seda natural con enormes mangas y pequeño sombrero
con plumas de paraíso. Sería usado por Evita al recibir la “0rden de los
Omeyodes” de Siria, jamás concedida antes a una mujer.
Figura 32:
“...Lo mismo sucedió con la sidra y el pan dulce que para Navidad
llegó a todos los hogares humildes de la Patria, más bien como un símbolo
del amor que Perón tiene por su pueblo.
Para poder alojar a los niños huérfanos o abandonados hubo que organizar
la construcción de los hogares-escuela y sembrarlos por todo el país,
porque en todas partes la miseria había hechos sus víctimas contra los
niños...” (La razón de mi vida)
También había asistido al estadio de River Plate, con motivo de la clausura
del torneo infantil "Evita" y al Teatro Discépolo, para el cierre
del Congreso de Trabajadores Rurales. Fue su último período de actividad:
luego desmejoraría rápidamente.
Por esa época fue tratada con radioterapia, al parecer a iniciativa de Raúl
Mendé. Pero una negligencia médica al hacer las aplicaciones le produjo quemaduras
que le ocasionaron mayores padecimientos. Ella era conciente de su declinación.
Figura 33:
Evita y Perón en la clausura del torneo infantil Evita en la cancha
de River.
Figura 34:
“...Dios es más Dios de los pobres que de los ricos... y además
-como suele decir Perón- a Dios hay que ayudarlo... para que nos ayude.
¡Y yo creo que en la Fundación lo hacemos bastante!...” (La razón de mi
vida)
Según el testimonio de Atilio Renzi: "Creíamos que haciéndola levantar,
llevándola de un lado a otro, diciéndole chistes, se iba a olvidar de su mal.
Pero ella siempre supo la verdad. Una vez llamó al padre Benítez y le dijo
señalando duramente a Aloé, Cámpora y otros:
"-Ustedes me mienten como si yo fuera una cobarde. Yo sé que estoy en
un pozo y que de ese pozo no me saca nadie-".
Figura 35:
“...El trabajo que dan las obras se compensa con la alegría de
inaugurarlas, de verlas sirviendo a los humildes, llenas de niños, de
ancianos, de descamisados un poco más felices que antes.
Nunca gozo tanto del fruto de mis trabajos como cuando el General visita
mis obras... muchas veces visitamos juntos la ciudad infantil, los hogares
de ancianos y de menores, el Hogar de la Empleada, los barrios de vivienda...”
(La razón de mi vida)
"Ese mismo día, cuando Perón llegó a almorzar, ella quiso saltar de
la cama para abrazarlo, pero no pudo. Ya no se podía mantener en pie. Perón
no pudo ocultar sus lágrimas" (5).
Documentos:
Discursos completos de Eva Perón
Años 1950/51/52
La enfermedad avanzaba inexorable, pero todos se esforzaban por ocultar las
evidencias a los ojos de Evita. El mismo Renzi narra que alteraban la balanza
para que ella, al pesarse, creyera que había aumentado. Ocasionalmente, Eva
se dejaba contagiar de ese optimismo simulado (6).