(2) Primeras disposiciones
Cuando la radio informó sobre el deceso de Eva, permanecía frente a la residencia
un crecido número de personas a pesar del intenso frío reinante. Varias mujeres
se arrodillaron en la calle a rezar el rosario, mientras la noticia se expandía
y la ciudad se iba sumiendo en el silencio. Inmediatamente, el gobierno decretó
el duelo nacional.
Figura 13:
Portada del diario Democracia: “Mártir del Trabajo”.
Toda actividad oficial quedaría suspendida durante dos días; la bandera se
colocaría a media asta por diez días en todos los edificios públicos; el ministerio
de Relaciones Exteriores y Culto ordenaría plegarias en todas las Iglesias;
el duelo se extendería por treinta días y al momento de dar sepultura a sus
restos, las campanas doblarían durante cinco minutos.
Figura 14:
Doctor Pedro Ara. "...Apenas producido el deceso se informó telefónicamente
al doctor Pero Ara que ya podía concurrir a la residencia para comenzar
su trabajo. Según Renzi, "Ara llegó pasadas las 22 horas y se introdujo
en la biblioteca, donde redactó y firmó el contrato de embalsamamiento
. En seguida se encerró a trabajar con un ayudante. Estuvieron toda la
noche. A las 5 de la mañana del domingo dieron por terminada su labor.
Fue un trabajo admirable. el cuerpo quedó tan natural que parecía dormida.
Hasta conservaba su aspecto y color naturales. Infundía respeto, piedad,
dulzura"..." (Nota de Otelo Borroni y Roberto Vacca publicado
por
Magicas Ruinas)
Según lo adelantado en el primer comunicado oficial, Eva sería velada en
el Ministerio de Trabajo y Previsión, "escenario de su más fervorosa
actividad cívica, y sus restos serán guardados, por expresa voluntad de la
señora Eva Perón, en la sede de la Confederación General del Trabajo, hasta
su traslado definitivo al monumento que se erigirá en su memoria por imperio
de la ley N°14.124" (3).
Figura 15:
Crónica del diario La Nación sobre "el fallecimiento de la
señora de Perón".
Según el testimonio de Florencio Soto, "lograr que Eva Perón fuera depositada
en la CGT costó bastante: ni Perón ni la madre estaban de acuerdo. Nosotros
recurrimos a varios discursos de Evita donde claramente había expresado esa
voluntad" (4).
Figura 16:
"Para que no haya luchas de clases, yo no creo, como los comunistas,
que sea necesario matar a todos los oligarcas del mundo. No, porque sería
cosa de no acabar jamás, ya que una vez desaparecidos los de ahora tendríamos
que empezar con nuestros hombres convertidos en oligarcas, en virtud de
la ambición, de los honores, del dinero o del poder.
El camino es convertir a todos los oligarcas del mundo: hacerlos pueblo,
de nuestra clase y de nuestra raza.
¿Cómo? Haciéndolos trabajar para que integren la única clase que reconoce
Perón: la de los hombres que trabajan. El trabajo es la gran tarea de
los hombres, pero es la gran virtud." (Mi mensaje)
La misma noche del 26 se difundió un comunicado de la central obrera que
proclamaba a Eva "Mártir del trabajo, única e imperecedera en el movimiento
obrero de nuestra querida Patria".
Figura 17:
Portada del diario El Laborista.
Al mismo tiempo se disponía un paro general por cuarenta y ocho horas en
señal de duelo. El Partido Peronista, por su parte, estableció que sus miembros
deberían usar corbata negra durante tres días y luto en la solapa por espacio
de un mes. Empero, el duelo más auténtico imperaba en el ánimo popular.
Figura 18:
"Cuando todos sean trabajadores, cuando todos vivan del propio
trabajo y no del trabajo ajeno, seremos todos más buenos, más hermanos,
y la oligarquía será un recuerdo amargo y doloroso para la humanidad.
Pero, mientras tanto, lo fundamental es que los hombres del pueblo, los
de la clase que trabaja, no se entreguen a la raza oligarca de los explotadores.
Todo explotador es enemigo del pueblo. ¡La justicia exige que sea derrotado!"
(Mi mensaje)
Eva -según revelaría Perón tiempo después- quería ser embalsamada para evitar
que sus restos se destruyeran bajo tierra. Por ese motivo, el gobierno había
contratado los servicios del médico español Pedro Ara, calificado especialista
en la conservación de cadáveres, para que se encargara de la delicada tarea.
Figura 19:
Portada del diario La Prensa.
De nacionalidad española, Ara residía en la Argentina desde hacía tiempo:
había sido catedrático de la Facultad de Medicina de Madrid y director del
Instituto de Anatomía de Córdoba, además de miembro honorario de varias academias
europeas y americanas.
Figura 20:
"Los enemigos del pueblo fueron y siguen siendo los enemigos
de Perón. Yo los he visto llegar hasta él con todas las formas de la maldad
y de la mentira. Quiero denunciarlos definitivamente. Porque serán enemigos
eternos de Perón y del pueblo aquí y en cualquier parte del mundo donde
se levante la bandera de la justicia y la libertad.
Nosotros los hemos vencido, pero ellos pertenecen a una raza que nunca
morirá definitivamente." (Mi mensaje)
El precio convenido por sus servicios totalizaba cien mil dólares a pagarse
en diez cuotas, la última de las cuales le sería abonada por Juana Larrauri
en 1955, el mismo día de la caída del gobierno peronista.
Figura 21:
Diario Democracia: “Eva Perón dejó para los siglos el más sublime mensaje
de amor.
Ara fue convocado de inmediato a la residencia y comenzó su trabajo esa misma
noche, a partir de las 22 horas, asistido por un ayudante. Concluyó en la
mañana del domingo 27 con el embalsamamiento provisorio, que aseguraba la
conservación del cadáver durante las dos semanas que demorarían los funerales.
Luego, llevaría a cabo la tarea definitiva en el edificio de la CGT.
Figura 22:
"...Después de Ara, le tocó el turno a Julio Alcaraz (58, casado),
peinador personal de la extinta. "Tuve que esperar casi toda la noche,
hasta que terminaran de embalsamarla -se quejó ante Siete Dias-. Pero
estaba acostumbrado a las demoras. Yo fui la única persona que acompañó
a Eva Perón durante toda su trayectoria: la peiné cuando era actriz, la
acompañé en todos sus viajes oficiales y, finalmente, peiné su propio
cadáver. Y nunca fui afiliado al Partido Peronista."..." (Nota
de Otelo Borroni y Roberto Vacca publicado por
Magicas Ruinas)
Al concluir el doctor Ara la preparación del cadáver para ser exhibido, se
llamó a Julio Alcaraz, peinador y viejo amigo de Eva, que arregló su pelo
haciéndole un rodete de los que solía usar.
Figura 23:
Portadas del diario La Prensa relatando el inacabable dolor popular.
Después Sara Gatti, su manicura, fue conducida por el mismo Perón a la habitación
donde yacía el cuerpo de Evita: el mismo doctor Ara le ayudó, separando los
dedos de las manos -ya rígidas- para que pudiera arreglarle las uñas. Hacia
las 7.30 de la mañana ya el cuerpo de Eva estaba dispuesto para las prolongadas
exequias, que durarían hasta el 11 de agosto.
Figura 24:
"...Sara Gatti estuvo encargada de arreglar las inertes manos:
"Un coche oficial me vino a buscar a las seis -recuerda-; llegué
a la residencia veinte minutos después. En la calle, bajo la lluvia, la
gente lloraba y pugnaba por acercarse a las verjas de la casa forcejeando
con la policía. se me acercó Perón y cariñosamente (Venga, hija, venga)
me llevó a la habitación. La cama estaba vacía y a un costado, en el suelo,
el féretro con evita. La rodeaban el doctor Ara, de guardapolvo blanco,
doña Juana y los hermanos. El doctor me ayudó a separarle los dedos. Con
acetona le quité el color que le había colocado días antes y sólo le apliqué
dos capas de brillo transparente. Apenas tardé quince minutos"..."
(Nota de Otelo Borroni y Roberto Vacca publicado por
Magicas Ruinas)
Esa misma noche, alrededor de las 23, el intendente de Buenos Aires, Jorge
Sabate, y el jefe de Ceremonial del Estado, Raúl Magneret, habían sido enviados
por Perón al Convento de San Francisco: el presidente deseaba que los restos
de Eva fueran depositados allí y quería obtener la autorización de la orden.
Figura 25:
"Todos llevamos en la sangre la semilla del egoísmo que nos puede
hacer enemigos del pueblo y de su causa. Es necesario aplastarla donde
quiera que brote si queremos que alguna vez el mundo alcance el mediodía
brillante de los pueblos, si no queremos que vuelva a caer la noche sobre
su victoria." (Mi mensaje)
No hubo objeciones y los frailes eligieron un lugar junto al confesionario,
en la nave principal del templo. Al día siguiente una cuadrilla de la municipalidad
iniciaría los trabajos necesarios.
Figura 26:
"Yo no me quedé jamás en la retaguardia de sus luchas. Estuve en
la primera línea de combate; peleando los días cortos y las noches largas
de mi afán, infinito como la sed de mi corazón, y cumplí dos tareas.
¡No sé cuál fue más digna de una vida pequeña como la mía, pero mi vida
al fin! Una, pelear por los derechos de mi pueblo. La otra, cuidar las
espaldas de Perón." (Mi mensaje)
Pero en la madrugada, una delegación de la CGT integrada por Espejo, Soto
y Santín visitó a Perón y logró -no sin insistir bastante, según se ha visto-
que el cadáver fuera colocado en el edificio de la central obrera, hasta la
finalización del monumento proyectado.