Perón explica muy claramente el problema de la cultura en nuestra nación, a comienzos de su carrera política:
"La cultura de nuestro pueblo, hoy está solamente dirigida a una 200 a 300 mil familias que pueden costearle a sus hijos los estudios. La revolución quiere, también, que el Estado brinde a su población, la oportunidad de estudiar; se las brinde por partes iguales, de acuerdo con su propia vocación.
Es interesante observar el panorama de la realización cultural de nuestro país en el momento actual. La República Argentina tiene actualmente una población escolar de 4 millones de jóvenes, que están obligados por ley a asistir al colegio hasta los 12 años es decir, que de los 6 a los 12 años tenemos cuatro millones de muchachos que por ley están obligados a estudiar.
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La educación popular. Relato de Juan Perón. |
Después de eso entra el ciclo de humanidades, o sea: el Colegio Nacional. Ya no van más de 500 mil, de manera que aquí queda un desperdicio marginal que representa 3.500.000 jóvenes, que el Estado no se preocupa ni de su situación ni de su educación.
Pero es más: de ahí viene la Universidad. A la universidad van solamente 10 mil y tenemos en consecuencia un desperdicio marginal de 3.990.000 muchachos abandonados por el Estado, para que después de 7 años salgan 3.500 médicos, abogados e ingenieros. Vale decir que el Estado gasta 70 millones de pesos para que salgan 3500 profesionales de las Universidades, y de los demás nadie se ocupa, y quedan 3.996.500 muchachos sin ninguna posibilidad de aprender, sino con el dolor de la fábrica y del taller o de cualquier otra actividad en que se hace a golpes".
En el concepto justicialista es deber primordial de todo gobernante el preservar la cultura del pueblo, como un depósito sumamente preciado que se va transmitiendo de generación en generación.
Por tal motivo el maestro a de prepararse, concientizarse profundamente de su tarea, pues no solamente instruye sino que educa y forma el alma y la inteligencia, así como también entrega armas para lucha por la vida. Por tanto el docente debe conseguir que el niño se ingenie, agudice su entendimiento, arbitre por intuición, inteligencia o sagacidad los medios de salvar los obstáculos y bastarse a sí mismo; debe también penetrar en la psicología del niño, descubrir sus inclinaciones y encauzarlas.
Los resortes que ha de poner en juego el docente, son el concepto de amistad, de compañerismo, la comunidad en el esfuerzo, la cooperación mutua y la solidaridad, así como también la exaltación de los sentimientos patrióticos y el respeto a nuestras tradiciones. Estos conceptos fueron los que inspiraron la teoría pedagógica justicialista en el primero y segundo gobierno.
Los postulados justicialistas debían llevarse a cabo. El problema era sumamente grave pero la característica del justicialismo ha sido, en este campo educativo, como en los demás que hacen a la vida nacional, el HACER. No fue gratuito el "Perón Cumple" que habitaba todas y cada una de las manifestaciones populares.
"Hasta el advenimiento del justicialismo -dice Perón ya exiliado-, la enseñanza estaba solo al alcance de la oligarquía. El hijo del hombre del pueblo no podía llegar a la enseñanza secundaria y menos aún a la universitaria, por la simple razón de la escasez de dinero. Al establecer nuestro gobierno la absoluta gratuidad de toda la enseñanza, abrimos las puertas de la instrucción y la cultura a todos los hijos del pueblo. Se terminó con la odiosa discriminación y se dio acceso a todos por igual, para que de acuerdo con sus aptitudes pudieran labrarse su porvenir".
El balance hecho por el General Perón sobre la acción desarrollada en el ámbito educativo, hacia 1956, deja una aleccionadora cifra. Hacia 1945 estudiaban en nuestra nación cerca de dos millones de personas, al caer el gobierno justicialista en 1955, la cifra se había duplicado pues eran cuatro millones los seres humanos que habitaban los establecimientos de enseñanza en la argentina.
Las cifras destinadas a la enseñanza en la argentina apenas llegaban a 500 millones de pesos; pero diez años después la cifra fue aumentada a 3.000 millones que eran invertidos en el sector educativo.
Comenta Perón "Recibimos el país con casi 15% de analfabetos entre niños y adultos: todos los años, mas de doscientos mil niños no podían concurrir a la escuela primaria por falta de asientos en las escuelas del Estado. Lo devolvemos con sólo el 3% de analfabetos adultos y hoy todos los niños sin excepción, pueden cumplir sus estudios primarios, secundarios, universitarios, técnicos y especiales".
Después de esta reflexión, el líder justicialista, suma una referencia ilustrativa a la infraestructura que hizo visible este verdadero avance en el campo de la educación argentina: "En 1945-comenta el general- el déficit de edificios para escuelas de todo tipo pasaba <:le los diez mil. Nosotros en los ocho años de gobierno construimos ocho mil escuelas confortables y grandes (casi a razón de tres escuelas por día). Sólo en los años iniciales del primer Plan Quinquenal se construyeron más escuelas que en todo el resto de la Historia Argentina".
El comentario es quirúrgico sobre la acción educativa de los primeros diez años de gobierno peronista. Por otra parte, es Perón quién permanentemente en estos diez años imparte directivas; ya sea en congresos partidarios, asambleas de docentes o en cuanta ocasión se presenta; basadas en el ideario pedagógico justicialista a los efectos de profundizar "la transformación de los contenidos de los planes de estudio mediante la paulatina humanización de la enseñanza".
“...Esta escuela hoy se viste de fiesta, esta escuela hoy se llena luz, y orgullosa eleva su ofrenda a la Dama que es lema de amor... |
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Marcha escolar. La Dama de la esperanza |
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Así la doctrina justicia lista es aplicada cono todo rigor, y como entiende Pavón Pereira: "la aplicación de los principios básicos de la doctrina peronista vivificaba sensiblemente la práctica educativa: en el centro del pensamiento justicialista está el hombre, no el hombre aislado sino el que vive en comunidad. Esa visión humanista, que asigna a la técnica su originario sentido instrumental, renueva desde adentro el fenómeno educativo".
Cada Plan Quinquenal, dedica especial atención a los grandes lineamientos que hacen a la educación. Así el pueblo ha de tener libre acceso a todas y cada una de las fuentes del saber. Los lineamientos mencionados tienden a una concientización del ser nacional. Es así como durante los primeros gobiernos justicialistas existe un profundísimo respeto por la idiosincracia de los alumnos, dejando progresivamente de lado el racionalismo enciclopedista que reinaba desde las épocas de Sarmiento.
La enseñanza artística, técnica, artesanal han de ir dando posibilidades ha quienes desean inclinarse hacia esas ramas. Es necesario resaltar además que se tuvo en cuenta las realidades regionales; es decir que los planes educativos contemplaron las problemáticas provinciales.
El 1 de mayo de 1952, en el mensaje dirigido al Honorable Congreso de la Nación, el presidente diría: "He recordado alguna vez, ya la ocasión se presta para rememorarlo, cómo la remanida frase de los viejos políticos 'hay que educar al soberano' nunca pasó de ser una doble mentira, desde que jamás pensaron ellos que el pueblo fuese verdaderamente soberano y tampoco se preocuparon nunca de su educación. i Acaso porque sabían demasiado bien que educarlo significaba mostrarle peligrosamente los caminos de la Soberanía!.
También en este sector de nuestra tarea me siento obligado a destacar la cooperación del pueblo, que rodea a nuestra escuelas con su cariño; la colaboración de la organizaciones sindicales, cuyas escuelas de capacitación contribuyen a la elevación cultural de los trabajadores, y el fundamental aporte de la Fundación Eva Perón, cuyas 1000 escuelas sembradas por toda la república serán eternos testigos de una obra cuyo verdadero sentido de solidaridad y de amor reconocerán las generaciones venideras".