(3) Los hechos de Trelew

Otros hechos vinculados a la guerrilla golpearon duramente al gobierno militar y acrecentarán su ya palpable desprestigio. El 15 de Agosto, un grupo de guerrilleros detenidos en el penal de Rawson logra -recibiendo apoyo desde afuera del edificio- apoderarse del establecimiento carcelario. Un guardia es muerto y veinticinco integrantes del ERP, FAR y Montoneros consiguen fugar hasta el aeropuerto de Trelew, que queda bajo su control.

Mientras 19 guerrilleros se tirotean con las fuerzas de seguridad, los seis restantes secuestran un avión y se trasladan a Chile. En el avión viajan otros cuatro guerrilleros, provenientes de Comodoro Rivadavia.

Los evadidos lograrán del gobierno chileno un salvoconducto para viajar a Cuba. Se trata de Mario Santucho, Marcos Osatinsky, Carlos Goldemberg, Roberto Quieto, Domingo Menna, Víctor Ferrnández, Ana Huyesen, Fernando Vaca Narvaja, Alejandro Ferreira Beltrán y Enrique Haroldo Gorriarán Merlo.

Los diecinueve que han quedado en Trelew resistirán en el aeropuerto alrededor de una hora, para rendirse luego a fuerzas de infantería de marina. Una vez apresados, serán conducidos a la base naval Almirante Zar, donde se los alojará provisoriamente. 

Según relataría Lanusse más tarde, el Comandante de la Novena Brigada -General Beti- demoraría más de lo previsto la represión del motín en la cárcel de Rawson. Una vez lograda la recuperación del establecimiento, dicho jefe habría considerado que no estaban dadas las condiciones de seguridad como para hacer posible un inmediato reintegro al penal de los detenidos en la base Almirante Zar. La versión es, en el mejor de los casos, dudosa, a la luz de lo que ocurrió pocos días después.

El 22 de Agosto los diecinueve guerrilleros fueron ametrallados por la guardia, en circunstancias muy poco claras. Dieciséis resultaron muertos y los tres restantes heridos de gravedad.

Según la versión oficial, proporcionada por el Contralmirante Hermes Quijada, el jefe de turno practicaba una requisa cuando uno de los detenidos intentó arrebatarle el arma. Se produjo un forcejeo y la guardia disparó para controlar la situación, produciendo la muerte de la mayoría de los activistas.

Las sospechas surgieron de inmediato: era extraño que los presos estuvieran juntos fuera de las celdas, y que el jefe de guardia se arriesgara a pasearse entre ellos portando un arma.

Posteriormente, uno de los sobrevivientes relataría que los guardias colocaron a los prisioneros en fila y abrieron fuego sobre ellos. Lo cierto es que los hechos sirvieron para solidarizar a las distintas organizaciones armadas -las víctimas pertenecían a grupos diferentes- y provocaron una generalizada repulsa hacia el gobierno. 

Cámpora anuncia el regreso

En el mes de Agosto, aciago para el gobierno, Héctor Cámpora anunciaría oficialmente el próximo regreso de Perón a la Argentina. De vuelta de una visita a Madrid, el delegado manifestó que el jefe del justicialismo retornaría antes de finalizar el año. 

Los márgenes se estrechan para Lanusse: el acuerdo se desmoronaba definitivamente y Perón se aprestaba  a volver. Sus intentos de imponer condiciones a los próximos comicios se frustraban. ¿Qué hacer?. ¿Limitarse a proscribir a Perón porque no había regresado a tiempo o suspender las elecciones?

Mientras tanto, Cámpora procuraba sin éxito comprometer a los radicales para que “La Hora del Pueblo” diera una declaración rechazando la exigencia de la residencia en el país a partir del 25 de Agosto. El radicalismo dudaba, porque no desechaba la posibilidad de atraer los votos peronistas en el caso de que el justicialismo sufriera el veto de sus candidatos.

Pero la estrategia de Perón siempre resulta desconcertante. En esos momentos de máxima tensión, se muestra predispuesto a llegar a un acuerdo con el régimen, que permita asegurar un mínimo de estabilidad hasta las elecciones y al próximo gobierno.

“La situación es más que grave, caótica, -dice- . Seguir gobernando por medio de la represión, sin garantías constitucionales para nadie, es algo imposible de mantener. Las propias Fuerzas Armadas son conscientes de la gravedad de la situación. No son responsables de lo que ocurre. Los únicos responsables  son quienes integran la camarilla que detenta el poder”.

El 29 de Septiembre, Cámpora hace llegar al gobierno un documento redactado por Perón, que contiene un plan de diez puntos: Las Bases Mínimas para el Acuerdo de Reconstrucción Nacional. Allí se plantea la inmediata ruptura de compromisos internacionales que afecten la soberanía, la modificación de la política económico-social conforme al programa recientemente acordado entre la CGT y la CGE, la integración del Consejo Económico Social, la determinación del rol de las Fuerzas Armadas al texto constitucional, la designación de un militar en el ministerio del Interior para garantizar su neutralidad en los próximos comicios, el levantamiento del estado de sitio y la libertad de los presos políticos y gremiales.