RESISTENCIA Y LIBERACIÓN/ 1. Con putear a Milei no alcanza

RESISTENCIA Y LIBERACIÓN

Ni anarco capitalismo, ni progresismo liberal

1. Con putear a Milei no alcanza, el peronismo debe evitar transformarse en el “polo progresista” de las nuevas democracias coloniales.
La lucha política actual se desarrolla entre dos polos de atracción que nuclean a la mayoría de las fuerzas partidarias y que se caracterizan como las fuerzas “progresistas” por un lado y las “derechas” por el otro. El desarrollo del enfrentamiento de estas expresiones aceptando la formalidad institucional del neoliberalismo, ha gestado un proceso de involución institucional y político de las fuerzas populares tanto en Europa cómo en Latinoamérica.
Las derechas en cambio, se ordenan como fuerzas políticas reactivas que coyunturalmente adoptan identidades disímiles, dentro de la amplitud que les brinda la falta de un basamento ideológico serio, porque lo único importante para ellas es la defensa de intereses económicos y financieros de los que controlan el mundo. Esta defensa puede tomar distintas posturas, anarcocapitalismo, partidos verdes, o personalismos disfrazados de la más variada trama discursiva que se adapta camaleónicamente para encabezar la reacción a las posturas progresistas.
Las fuerzas progresistas que intentan procesos de independencia económica y de elevación de la justicia social en sus comunidades, se ven impedidas de desarrollar el poder político necesario para sostenerlas en el tiempo y ante el fracaso de la gestión se genera una reacción que entroniza a las fuerzas de  derecha. Este mecanismo genera un proceso involutivo que divide y disocia a las fuerzas políticas y que afecta principalmente a las fuerzas progresistas  ya que la derecha solo defiende intereses sin anclas morales ni éticas y que cuenta además con el enorme poder que le brinda el control de los medios de información masiva, que alineados con poderes institucionales como la justicia, generan un control de opinión ciudadana que utilizan con una eficacia demoledora.
Lo que permite sostener este mecanismo de dominación colonial son las formas de participación ciudadana de los neoliberalismos, que impiden el crecimiento de la cultura social de las comunidades, manteniendo una participación ciudadana en el campo social absolutamente nula que las lleva a un consumismo que alienta el materialismo e impone una cultura competitiva insolidaria que conduce a un individualismo extremo. El concepto de soberanía popular de los republicanismos neoliberales que fueron revolucionarios hace dos siglos hoy están asociados a garantizar un ciudadano infantilizado que permite su manipulación social y el colonialismo.
El sistema también genera una verticalidad opresora que reduce la política a una pelea partidocrática permanente para llegar al poder y desde ahí imponer al pueblo la visión del ganador. El “votáme a mí que te voy a resolver los problemas” esgrimidos por las  fuerzas partidocráticas alimenta esa verticalidad que gesta una casta política que detrás de las figuras de CEOS profesionales del liberalismo o la vanguardia iluminada de los progresismos oprime a los pueblos alejándonos de la posibilidad de transformarse en protagonistas activos de las grandes decisiones.
En este esquema el pueblo es el gran ausente ya que sólo tiene la opción de elegir entre las distintas opciones partidarias que van a decidir el destino de la Nación. Juan Perón decía que a los pueblos sólo se les deja la posibilidad de elegir con qué cuerda los van a colgar.
Este tipo de participación ciudadana fue dos veces rechazado por los argentinos. Una en el 2001 y otra con el triunfo de Milei que sintetizó en su figura estrafalaria el segundo “que se vayan todos”.
Esta es la dinámica política que garantiza el proceso de dominación colonial. No son los gobiernos “de derecha” solamente, sino una dinámica que necesita de un polo progresista que se transforme en cómplice del proceso aceptando las formalidades de una democracia colonial que impide la maduración colectiva y que termina provocando la división y la disociación de sus fuerzas.
El camino de la liberación

“El peronismo no es un progresismo nacional y popular. El peronismo es una nueva democracia.
El primer paso para desarrollar un poder revolucionario que garantice un proceso de recuperación nacional es impugnar esta forma de participación ciudadana anacrónica e incongruente con las potencias culturales que tienen los pueblos hoy. Se debe romper la trampa de aceptar un sistema político que garantiza a un ciudadano infantilizado y entregado a un individualismo extremo.
Por eso el pensamiento del General Perón esbozó en su última actualización doctrinaria, “El Modelo Argentino”, una nueva democracia con una forma de soberanía popular que elevando la participación de la comunidad y desarrollando su cultura social, provoca una corriente de solidaridad creciente. Esto permitiría el afianzamiento del poder de las fuerzas políticas nacionales como garantía de recuperación de la armonía social para terminar con el suicida enfrentamiento de un electoralismo extremo.
Solo la acción popular desbordando la participación ciudadana del liberalismo, puede desarrollar el poder político para impulsar las transformaciones que permitan sostener un proceso de liberación nacional.
No impugnar el sistema de participación ciudadana colonial, provoca una participación cómplice que se transforma en una pelea entre las fuerzas que administran la cuota de poder que brinda una comunidad colonizada y permeable a los enormes mecanismos de manipulación social en manos de los poderosos de siempre.
El peronismo debe romper con la trampa que intenta convertirlo en el polo progresista de una democracia colonial.
Para lograrlo debe imponer su concepto de democracia integrada y predicar sobre las diferencias con la democracia liberal actual. Se debe debatir sobre su nueva filosofía de la acción política sostenida con un nuevo concepto de participación social, un nuevo concepto de autoridad y una nueva propuesta de institucionalidad política.
Siguiente documento: El nuevo acuerdo político debe ser con el pueblo

Comments are closed.