
“…Las madrugadas sorprendían a Eva en su despacho del Ministerio de Trabajo. Al punto que “el 11 de julio de 1950 -cuenta Marysa Navarro- Evita batió su propio récord: se le hizo las cinco de la mañana en el Ministerio de Trabajo”.
Sólo en los últimos meses del año, Eva accedería -a pedido de Perón- a pasar dos breves períodos de descanso en la quinta de San Vicente. Entre medio de ellos, realizaría un viaje a Rosario.
A sus actividades usuales se había agregado, por lo demás, una nueva: desde su regreso de Europa alentaba la idea de volcar en un libro sus vivencias y pensamientos. Para ello, mantenía largas entrevistas con un escritor y periodista español, contratado para encargarse de la redacción del mismo. En esas reuniones, Eva volcaba todo cuanto deseaba expresar, con el fervor y la autenticidad que le eran característicos…”
Más información en todoperon.org en la sección 4/ capítulo 2 : Perón, la revolución inconclusa. http://www.villamanuelita.org/todoperon/peron04/glyptodon/capitulo02/index.html



