La enseñanza técnica de los oficios y las artes había sido instituida hacia 1944. Un mayor impulso cobró cuando la creación de la comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional.
Con la misma, una amplia gama de institutos de enseñanza se articulan por todo el país: Escuelas de aprendizaje, Escuelas de Aprendizaje Privadas de Fábrica, Escuelas de Fábricas y Escuelas de Perfeccionamiento para Obreros. La experiencia es supervisada por la secretaría de Trabajo y Previsión.
Tiempo después se crea un ciclo más alto, el Técnico de las Escuelas de Capacitación para Adultos, que equivaldría a un estudio secundario de los Institutos del Ministerio de Educación. Así se establece un sistema de enseñanza propio de los trabajadores, que satisface sus necesidades por su sentido práctico, cotidiano, aunque como principios de una concepción humanista y cristiana que engloba a la enseñanza toda.
El ciclo técnico-comenta Pavón Pereira- no debe confundirse con los institutos de enseñanza técnica del sistema educativo general: se diferencia no solo en lo que respecta a su pertenencia a jurisdicciones diferentes (Trabajo y Previsión, Educación) sino por la práctica efectiva en las tareas propias de los distintos oficios, práctica que es mucho más intensa en los establecimientos dependientes de la Secretaría de Trabajo y que establece relación directa con la industria, a cuyas actividades los egresados se van incorporando naturalmente.
La labor de la comisión nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional llega a su cenit, cuando en 1952 se crea la Universidad Obrera Nacional, con un claro sentido regional, respondiendo sus facultades a las necesidades del medio. Así de San Juan se forman ingenieros especializados en construcciones antisísmicas, de Córdoba, especializados en Aeronáutica, de Tafí Viejo, en construcciones ferroviarias.
Al inaugurarla Perón diría: "Hemos de llevar la Universidad Obrera a nuestros muchachos pobres, porque entre ellos estoy persuadido, hay más inteligencia y más corazón". Después de la Revolución Libertadora, la Universidad Obrera Nacional se convirtió en la Universidad Tecnológica Nacional, y como entiende Cecilio Conditi, rector hasta 1955, no solo fue un cambio de nombre, sino que se desvirtuó las finalidades del establecimiento: "Originariamente entiende el ex rector de la UON- se encauzaba a jóvenes que ya estaban trabajando en la especialidad elegida y, sobre esa base, se completaban sus conocimientos teóricos.
Se invierten, de esa manera, los términos con que habitualmente se actúa en la enseñanza técnica, que parte en general de conocimientos teóricos básicos para luego tratar de insertar al alumno en la realidad laboral. "No hubo -dice Conditi-, uno de nuestros ingenieros que fuera devuelto por la industria. Muy por el contrario, se los disputaban".
Un conocedor del tema, Orlando Benedetto, al referirse a la Universidad Obrera Nacional, lo hace en los siguientes términos: ".... era un todo armónico que permitía a todos los trabajadores, fundamentalmente a los trabajadores manuales, estudiar carreras técnicas, sin limitación de horizontes, en función de sus propias expectativas, de las necesidades del aparato productivo nacional y de la realidad socio-económica familiar".
La cultura, como manifestación del espíritu dejó de ser patrimonio de una "minoría selecta" y al influjo del peronismo fue desarrollándose masivamente. La CGT, en el período 1949-1953, alentó la cultura, tal es la iniciativa del Teatro Obrero, inspirada por escritores y hombres de teatro que estaban ligados a la Comisión Nacional de Cultura. Este Teatro Obrero llevó al interior un repertorio de obras de contenido político social. Durante el primer gobierno justicialista se creó la Orquesta Sinfónica Nacional que participó del Primer Festival de Octubre, hacia 1950, con la dirección del maestro mexicano Carlos Chávez.
Duración: 1 minuto |
|
Epoca de oro del cine argentino, se produjeron a razón de 50 películas anuales. |
Un programa de Radio del Estado llamado "Las dos carátulas", iniciado hacia 1950, sistematizó sus ciclos con comentario crítico sobre las obras que se representaron. Las obras -algunas argentinas, otras de origen español y obras del teatro universal- fueron interpretadas por argentinos y con adaptación hecha por argentinos.
Duración: 30 segundos |
|
Escenas del Festival Internacional Cinematográfico de Mar del Plata: |
La gran jerarquía artística puso al pueblo en directo contacto con la cultura, por medio de la radio. Juan Carlos Merlo, que actuó activamente en el programa de cultura en los gobiernos justicialistas comenta: "En el Teatro Colón se daban funciones populares los domingos a la tarde, costaban cinco pesos la entrada y los gremialistas pagaban tres pesos. Las localidades se agotaban porque la gente hacía cola toda la noche".Agrega Catulo Castillo: "En el Teatro Cervantes estrenamos 'El último perro” adaptación hecha por Gorostiza de una novela de Guillermo House. Nos decían que estábamos locos, que eso no tenía nada que ver con el teatro. Se estrenó y anduvo bien ... "
Son épocas de grandes representaciones, por mencionar al azar; "Electra" de Sófloces, al aire libre, con prólogo de Leopoldo Marechal y el papel protagónico a cargo de Iris Marga; "Los caballeros de la mesa redonda", de Jean Cocteau, en el Teatro Municipal; "La fierecilla Domada", de Shakespeare en el Cervantes y bajo la dirección de Enrique Santos Discépolo; en el teatro Presidente Alvear, "La ópera de dos centavos" de Bertold Brecht.
La revista Poesía Argentina, editada entre los años 1949 y 1950 cumplió con la tarea de difusión literaria, y la revista "Cultura" del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires, fue también representante de la jerarquía del mundo cultural existente. Lo mismo podemos decir de los suplementos literarios del diario La Prensa durante el período que perteneció a la CGT.
La música nacional fue protegida por la "Ley del 50%", la misma expresaba que un 50% de la música que se irradiase, o integrara programas de concierto, debía ser nacional. Esta medida fue un estímulo para la creación y producción de música nacional. Cuando se habla del auge del folklore de los años 50, debemos tener en cuenta la norma mencionada. Así recordamos a María Teresa Márquez, Margarita Palacios, Hugo Díaz, Martha de los Ríos, Antonio Tormo, Los hermanos Díaz, José María Hoyos, Ariel Ramirez, Atahualpa Yupanqui, Uña Ramos, los hermanos Ábalos, entre otros, quienes alcanzaron repercusión social por los años del gobierno justicialista.
En cuanto a la poesía, también tuvo su espacio y bien dice Fermín Chavez que si un sociólogo o un historiador buscara un dato de la década peronista que indicase el clima cultural imperante, desoyendo por supuesto las deformaciones y exageraciones propias de la lucha política, lo encontraría, seguramente, en lo que ocurrió en la tarde del 27 de julio de 1947, en el salón de la calle Chacabuco 947 de nuestra capital. Ese día la Fiesta de Poesía reunió, tal vez por primera vez en el mundo a Pablo Neruda, León Felipe, Nicolás Guillén y Rafael Alberti, en una verdadera fiesta de la poesía castellana.
¿Cómo mencionar la creación casi permanente de bibliotecas y reordenamiento de museos y archivos? Perón diría cuando la apertura de una biblioteca pública: "Entre las obras de los hombres hay una que no puede ser nunca mala: es la fundación de una biblioteca. Y eso especialmente ocurre en nuestro país, donde tanta falta hace la alimentación intelectual y espiritual que ha de llevarnos en el futuro a ser una gran nación. En cada barrio debería existir una biblioteca, donde los hombres pudieran reunirse, lejos de las pasiones de la vida, para nutrir su espíritu'."
El cine nacional fue sumamente protegido. Baste decir que se rodaron casi cincuenta películas por año. Entre algunos de sus títulos mencionaremos:"Surcos de sangre", "Las aguas bajan turbias", "El último payador","Los isleros","Dios se lo pague","Pelota de trapo".La gran producción cinematográfica fue sin duda el entrenamiento de grandes directores como Carlos Schlieper, Mario Sóffici, Leopoldo Torre Nilson, Hugo del Carril, Hugo Fregonese, entre otros.
Podríamos seguir mencionando hechos culturales, como cuando se estrenó "El conventillo de la paloma", con la orquesta de Marianito Mores en el Teatro Colón, pero nos conformamos con haber dado una pincelada al mundo de la cultura en el gobierno justicialista. El amplio espectro de la cultura y la educación fueron en los gobiernos justicialistas una realidad dinámica, que permitió la masa convertirse en pueblo, que a su vez tomó conciencia de su existencia y rescató su identidad enterrada en los lejanos días de Caseros.