Carta a Jorge Alemán/ Al final…Jorge y Juan eran lo mismo

Carta a Jorge Alemán

Al final…Jorge y Juan eran lo mismo

Sr. Jorge Alemán:

Recuerdo que ud. se enojaba cuando lo nombraban acentuando su apellido de una forma que lo confundía a Juan Aleman.  Sin embargo su reacción actual expresada en su nota del diario Página 12 me demuestra que tienen mucho en común, especialmente la soberbia y un desprecio a lo popular y al peronismo histórico y sus banderas.

Comienza su carta comparando el delirante fenómeno Mileista con otro delirio que para ud. es este resurgimiento de un renacer del peronismo histórico con una reafirmación de sus valores doctrinarios.

“…Ha sido tan grande la ofensa y el agravio cruel que ha padecido la sociedad argentina a causa del delirio anarco capitalista que inevitablemente le ha surgido (como efecto en espejo) una versión que también coquetea con el delirio. Más que hablar de sus exponentes, resulta interesante indagar sus presupuestos ideológicos, especialmente cuando actualmente todo parece indicar que hay múltiples demandas del público por la presencia de sus actores.”

Asombra que no reconozca al fenómeno Milei como una reacción  y hartazgo de la comunidad al discurso progresista que sólo sirve para alimentar las necesidades de sentirse gestando la “revolución que le marcan sus teorías” mientras se acrecienta la miseria y la pobreza. Sería útil que los progresistas se asumieran como parte fundamental de un esquema de dominación colonial que son las democracias demoliberales.

Una casta que mantiene un sistema de participación ciudadana colonial que somete al pueblo imponiéndose alternativas que impiden la elevación de la cultura social de la comunidad, que sería su única forma de liberación real.

Un sistema donde se enfrentan los que se creen dueños de la verdad, sean progresistas o anarcocapitalistas  para llegar al gobierno y desde ahí imponer al pueblo su visión.

Las dos alternativas gozan de una base común: su profundo desprecio a los pueblos como protagonistas de las nuevas democracias que tarde o temprano se pondrán en marcha.

Los progresistas desde sus vanguardias esclarecidas quieren imponer al pueblo que consideran “colonizado” un camino “revolucionario” pre elaborado desde sus ideologías científicas donde le dicen todo lo que hay que hacer. Los representantes de las corporaciones y las oligarquías por lo contrario, le dicen que no tienen que hacer nada, que ellos los CEOS  que son los que intelectualmente están capacitados, se encargaran de todo y resolverán los problemas detrás de sus ideologías liberales o ahora anarcocapitalistas.

Este mecanismo de una democracia donde los iluminados de un lado y otro se enfrentan para conseguir el gobierno e imponer sus ideologías, es un nuevo y sofisticado instrumento de dominación colonial que mantiene a la comunidad en la tribuna como un espectador lejano  y que generan gobiernos y Estados débiles ante las plutocracias dominantes.

Ya terminó  la época donde los pueblos necesitaban de vanguardias esclarecidas  o CEOS que le expliquen el problema y la solución. La extraordinaria revolución tecnológica ha creado un hombre con potencias culturales extraordinarias que necesitan otra forma de participación ciudadana. Hay un nuevo derecho humano que atender que para Juan Perón es: el derecho de los pueblos a crear su destino.

Pero sigamos con su carta, donde intenta describir el nuevo delirio peronista:

“…1. Peronismo y Pueblo son lo mismo, ambos expresan una esencia nacional permanente e intocable. La historia no los ha intervenido porque pertenecen a un sustrato arcaico de la República protegido por las virtudes teologales de la relación católica.

2. El movimiento nacional justicialista ya tiene desde sus orígenes su doctrina (nunca una teoría). Las Veinte Verdades, la Comunidad Organizada, etc, aunque estén constituídas como piezas heterogéneas entre sí las mismas no merecen ningún análisis histórico, ninguna actualización y constituyen un corpus que no está afectado por ninguna contingencia histórica. Han sido desde siempre buenas y lo serán eternamente.”

Obviamente sólo una persona que no ha analizado en profundidad nuestra historia cómo movimiento y nuestra ideología puede expresar tantas sandeces. Es la soberbia de todos los que creen haber alcanzado la verdad absoluta y desde ahí actúan. El problema es que el peronismo es revolucionario y por lo tanto no entra en las categorías de su mente colonizada. Pero trataremos de tirar una punta lentamente para tratar de desenredar el ovillo.

El peronismo no tiene una ideología que le dice lo que tiene que hacer, interpretado por las vanguardias iluminadas. El peronismo tiene una ideología simple y profunda (La Comunidad Organizada) que en realidad es un llamado a la organización de la creatividad comunitaria.

Los peronistas no necesitamos de esclarecidos que expliquen cómo es el camino de la liberación sino de conductores dispuestos a coordinar la creación de la comunidad organizada en una nueva democracia que debemos construir.

La doctrina sirve para unirnos en el acto creativo. Los peronistas pretendemos construir nuestra identidad respetando principios y valores comunes. Lo que vale para el peronismo es lo que construimos. La realidad es nuestra única verdad. No sabemos si terminaremos construyendo la patria cooperativa o si socializaremos los medios de producción. Eso no será nuestra decisión sino que será la decisión de nuestro pueblo organizado.

Cada paso de esta construcción común tendrá una teoría y una forma de ejecución para hacer realidad lo que el pueblo quiere. Por lo que puede ver no tiene una teoría, tiene miles y además nuestras teorías son para una construcción concreta de eventos coyunturales y no sirven para predecir lo que pasará en el futuro. Nosotros no sabemos qué pasará en el futuro, pero confiamos que nuestro sustento doctrinario que va ordenando la dinámica autodeterminante, no solamente permitirá elevar la cultura social del pueblo en esa acción, sino que permitirá la maduración dirigencial e institucional que nos permitirá ser cada día más sabios y efectivos para  ir resolviendo los conflictos crecientes que se avecinan.  Sé que esta dinámica los vuelve locos a los que pretenden ser dueños de la verdad absoluta para desde ahí ordenar al mundo y ordenarse a sí mismo como los salvadores del mismo.

Debería aprender del sabio pueblo chino que dice que no existe una verdad universal, que la verdad es una búsqueda permanente. Le recomiendo al respecto un discurso de Xi Jinping (1) donde para corregir los problemas de sus dirigentes termina proponiendo el sistema de conducción peronista.  Juan Perón en conducción Política explicaba que el proceso de autodeterminación política de las nuevas democracias necesitaba de dirigentes que armonizaran, la doctrina con la teoría y las formas de ejecución.

Tiene razón ud. en que creemos casi fanáticamente en el pueblo. Somos profundamente populares. También tiene razón con nuestro fundamento cristiano, porque esa seguridad sobre las capacidades morales y éticas de nuestro pueblo  no proviene del peronismo sino del cristianismo. Recuerde que no nos organizamos detrás de una ideología sino detrás de una filosofía que se asume como popular, humanista y cristiana. Creemos que en los pueblos del mundo especialmente en los sectores más humildes existen una serie de valores que persisten en forma potencial esperando su momento para ser transformados en una nueva institucionalidad. Y decimos que están especialmente en los humildes porque si bien todos los cristianos tenemos esos valores,  la realidad no ha demostrado que hay tentaciones que tuercen esas virtudes, el dinero, que lo tienta hacia el egoísmo y el saber sin solidaridad que lo tienta a la soberbia (su caso es un ejemplo claro de esto).

No quiero hacerla más larga pero quiero contarle que nos sentimos orgullosos de ser peronistas, por nuestro pensamiento y además porque pertenecemos a un movimiento que se sostiene con la acción política de muchas generaciones de militantes que han dado la vida por estos ideales que vibran en nuestros corazones y nos obligan a un mandato de victoria.

Finalmente y pese a todo, como ud. expresa al final de su nota que

“…Quien suscribe estas líneas también desea una patria, justa, libre y soberana y que reine en el pueblo el amor y la igualdad. Pero para que esto suceda hay que definir muy bien los antagonismos propios del siglo XXI y el sujeto histórico qué los pueda soportar.”

quiero invitarlo entonces a sumarse a esta revolución.

Es fácil. Puede venir a hacer lo que quiera y pueda. Lo único que le pedimos es: haga lo haga respete nuestras banderas históricas y 20 verdades (en su caso, para su conversión le recomiendo la Verdad  7: “Ningún peronista debe sentirse más de lo que es, ni menos de lo que debe ser. Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca”).  Esto le permitirá ver la realidad con un lente común a todos los peronistas y tendrá además una escala de valores para definir lo malo y lo bueno de la acción política, que respetando su libre albedrío lo unirá automáticamente a millones de adoctrinados que en conjunto forman parte de este movimiento popular.

Este movimiento multitudinario organizado espiritualmente, sigue buscando su conducción para transformarse en una esperanza para el resto de los argentinos. Únase a nosotros y podrá sentir la alegría de ser peronista y ese calor popular le permitirá evadir el final de los soberbios que es la soledad y la amargura ante la derrota.

Atentamente

Daniel Di Giacinti

Fundación Villa Manuelita

(1) https://agitacion.wixsite.com/home/post/el-materialismo-dial%C3%A9ctico-es-la-cosmovisi%C3%B3n-y-la-metodolog%C3%ADa-de-los-comunistas-chinos

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